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RESUMEN DE LA JORNADA

Crisis de los Lakers y nadie logra frenar a los Miami Heat

Tercera derrota consecutiva de los Ángeles Lakers, esta vez ante Golden State Warriors. Mientras los Miami Heat siguen batiendo cifras, llevan 27 victorias seguidas.

Kobe Bryant (i) y Pau Gasol de los Lakers de Los Ángeles observan desde la banca el juego ante los Warriors de Golden State.
JOHN G. MABANGLOEFE

Ante 19.596 enfebrecidos espectadores en el Oracle Arena de Oakland (propiedad del multimillonario informático Larry Ellison), los Lakers sufrieron su tercera derrota consecutiva, primera ante los Golden State Warriors después de seis triunfos ‘cara a cara’ ante los mismos Warriors. El tanteo final de 109-103 resulta absolutamente engañoso y no puede maquillar el nuevo fracaso de unos Lakers en crisis, que se inclinaban por 63-40 en el descanso... por 75-50 en el minuto 26 y por 94-76 al final del tercer cuarto. La defensa de perímetro de los Lakers no existió, lo que concedió un día de recreo para los bases y escoltas de los Warriors: Stephen Curry (25 puntos, 3/9 en triples, pese a jugar con férula de plástico en el tobillo), Klay Thompson (22 y 6/11) y el exultante Jarrett Jack (19 puntos, 9/16 en tiros de campo). Literalmente, Jack se rió de los rivales que los Lakers le colocaban en 'defensa'. Por dentro, David Lee (23 puntos, doce rebotes) se hizo el amo en las zonas ante un confuso Dwight Howard (once puntos, 15 rebotes) y un Pau Gasol lejos de su mejor forma: siete puntos y ocho rebotes, con 3/8 en tiros de campo y 1/4 en tiros libres, todo en 22:36 de acción. Steve Nash, inexistente en defensa, aportó 21 puntos a los Lakers, donde Kobe Bryant sumó 36 puntos, ocho rebotes y tres asistencias, con 2/10 en triples… pero quizá con la mejor canasta del año en la NBA, un ‘slam dunk’ de ciencia ficción en reverso que valió el 75-54 en el minuto 30. Fue una pasada, como un ‘flashback’ de pasadas grandezas de los Lakers, que quizá no volverán. En los últimos 24 segundos del tercer cuarto, y en una secuencia casi patética, los Lakers tiraron nueve tiros libres… y acertaron dos: Bryant, 1/3. Gasol, 1/4. Howard, 0/2. En la segunda parte, los Lakers no contaron con Metta World Peace (siete puntos), quien se quedó en el vestuario tras sufrir un tirón en la rodilla.

“Tener que ajustarse de nuevo a jugar con Pau Gasol y conmigo es algo que ha sacado de ritmo al equipo… Gasol necesita recuperar sus piernas”, analizó Bryant. En tiros de campo, fatal porcentaje de acierto de los Lakers (39,6%), que a cambio permitieron que los Warriors (mejor equipo en tiros de tres puntos en la NBA) concretaran diez de 23 intentos triples: 43,5%. Los seis triples de Thompson fueron casi como una dedicatoria para su padre, el bahameño Mychal Thompson, ex número uno del Draft en 1978, exjugador de los Lakers y actual locutor de la radio de los Lakers.

La velocidad y decisión de los Warriors dejó en evidencia a los penosos Lakers, que mantienen el octavo puesto del Oeste en balance de 36-35, pero ya acosados por los Utah Jazz, que en Salt Lake City batieron por 101-97 a los Sixers (17 puntos de Randy Foye y 15 para Gordon Hayward), y se colocan en 35-36. Dorell Wright consiguió 19 puntos para los exhaustos Sixers que, ya sin objetivos a la vista, perdían por 58-42 en el descanso y permitieron a los Jazz salir de su racha de cuatro derrotas.

Antes de todo esto y en Orlando, los Miami Heat (sin Dwyane Wade, con molestias en rodilla) desembarcaron en su victoria consecutiva número 27 gracias, esencialmente, a un tal LeBron Raymone James, autor de 24 puntos (9/16 en tiros), once asistencias y nueve rebotes. Con 68-68 en el minuto 33, LeBron arrancó su motor turboalimentado y condujo un ‘rally’ de 2-20 para los Heat: básicamente el 70-88 del minuto 39 aplicaba la puntilla al partido. Todo concluyó con 94-108 y James advirtiendo: “Lo que le importa realmente a este equipo es ganar Campeonatos. Ganar es muy importante, pero no por la racha, sino porque consolida el espíritu de lo que significa formar parte de un equipo como este, como el nuestro”. Mario Chalmers (17 puntos), Chris Bosh y Ray Allen, ambos con doce, formaron la guardia pretoriana del emperador LeBron. 27 puntos de Jameer Nelson y 20 de Tobias Harris mantuvieron a los Magic mientras pudieron: la defensa de Miami apretó el ataque de Orlando hasta un 43,% de aciertos… y la racha de los Heat (en balance total de 56-14) vuelve a ponerse a prueba hoy mismo en Chicago, ante los Bulls, con los 33 triunfos seguidos de los Lakers de 1971-72 en el visor telescópico. ¿Alguien sabe lo que Jack Kent Cooke, JKC, propietario de aquellos Lakers de 1971-72, regaló a sus jugadores de aquel equipo como recuerdo de la racha? Fue una caja de bolígrafos para cada uno. Wilt Chamberlain recogió todas aquellas baratijas del ya fallecido JKC (que vendió la franquicia al recientemente fallecido Jerry Buss)… y las tiró a la basura: así era Wilt.

En Indianapolis, los Pacers segundo equipo del Este (44-27), supieron reequilibrarse ante los Hawks tras la baja de George Hills, con tirón en la ingle… y habían decidido el partido con el 85-63 del tercer cuarto. Los Hawks lo intentaron todo en el último cuarto (15-31), a remolque de Josh Smith (20 puntos), pero se quedaron a distancia final de seis puntos: 100-94 para los Pacers, que aseguraron los rebotes con ventaja de 49-38 gracias a Roy Hibbert (17 puntos, 13 rechaces) y Tyler Hansbrough: 13 puntos, once capturas. El equilibrio de los Pacers originó que media docena de jugadores de Indiana firmaran doce o más puntos, con 47,6% de aciertos totales y Gerald Green (19) al frente de la anotación.

Y sí se detuvo en la Cota 15 la racha de triunfos de los Denver Nuggets: en Nueva Orleans, ante unos depauperados Hornets que se presentaban sin Greivis Vasquez (esguince de rodilla), Eric Gordon ni Austin Rivers. Los Nuggets salían sin Ty Lawson, pero recuperaban a Wilson Chandler… y vieron cómo los Hornets se escapaban conducidos por el monumental partido del ‘rookie’ Brian Roberts (procedente de Dayton), que jugó en lugar de Vasquez y consumó 13 puntos más su récord personal de 18 asistencias. Ryan Anderson (23 puntos, nueve rebotes, 5/11 en triples) se benefició de buena parte del caudal de juego generado por Roberts ante unos Nuggets carentes de energía. Excepto el tercero (27-30), los Hornets ganaron todos los cuartos y ya arrancaron el último cuarto con un insalvable 86-68, rumbo al definitivo 110-86. Los Hornets machacaron en la tabla de rebotes (45-33) y sólo consintieron a los Nuggets el 37,9% de aciertos. Con 24 puntos (10/10 en tiros libres), Danilo Gallinari fue lo más salvable de los Nuggets. ‘Manimal’ Faried registró 13 puntos y Chandler, en su reaparición, once. Navegando en 49-23, Denver se estabiliza en el quinto puesto del Oeste, gracias a la severa derrota en Washington de los Memphis Grizzlies (47-23). Marc Gasol sigue alejado de las pistas por su desgarro en la zona baja de abdominales… pero a los Wizards les faltaba mas de medio ejército: Trevor Ariza (griposo), Bradley Beal (tobillo), Nené Hilario (rodilla golpeada) y Martell Webster (contractura abdominal). En vista de la situación, John Wall cargó el cañón, tocó el violín… y jugó el mejor partido de su vida: 47 puntos (13/22 en tiros), siete rebotes y ocho asistencias que catapultaron a los Wizards hacia el definitivo 107-94. Emeka Okafor (21 puntos, nueve rebotes) fue el mejor apoyo del centelleante Wall. “Ni fuimos capaces de meter un tiro… ni de detener al chico ese”, enfurecía al final Lionel Hollins, entrenador de unos Grizzlies que no podían ganar sólo con Mike Conley (23 puntos, siete asistencias), y con el levantisco Zach Randolph limitado a diez discretos puntitos. Después de tres cuartos aún se iba 76-74, pero el 31-20 del último cuarto cerró el partido, con triple final de Wall como tiro de gracia para los Grizzlies, reducidos al 44,2% de acierto en tiros de campo.