Los Boston Celtics le dan a los Lakers la paliza del año: 116-95

La masiva carga de estrés y lesiones que soportan los Lakers hizo ‘crack’ en el TD Garden de Boston. Pese al retorno de Dwight Howard, que ya parece un ‘Superman’ de porcelana, los Lakers recibieron la paliza del año de parte de los Boston Celtics: el 116-95 final supone la peor derrota ‘laker’ en esta temporada y, en todos los sentidos, la mayor victoria de los Celtics, que estallan en un espectacular 6-0 desde que se lesionó Rajon Rondo. Los Celtics ya mandaban por 58-44 en el descanso (después de que Kevin Garnett hubiese alcanzado en el segundo cuarto la cota de 25.000 puntos, el decimosexto jugador de NBA que lo hace)… y zanjaron el asunto con un 14-3 a finales del tercer cuarto, que ya se remató con 95-69 para Boston. En ese tercer periodo, los Celtics sellaron dos plusmarcas del año: anotación parcial en un cuarto (37 puntos)… y porcentaje de aciertos también en un cuarto (76%).

En el primer partido de ausencia de Pau Gasol (en su casa de Los Ángeles), que en principio no será operado y a quien el doctor Kenneth Jung concede oficialmente un periodo de baja ‘de seis a ocho semanas’, los Lakers sólo tuvieron a tres hombres más allá de diez puntos: Kobe Bryant (27 puntos, 9/15 en tiros y siete rebotes en 29:41 de acción), Jodie Meeks (13 puntos) y Antawn Jamison (11). En 28:14 en pista, un Howard claramente mermado y con pinta de fragilidad ante los combatientes ‘celts’ se limitó a nueve puntos (4/8 en tiros), nueve rebotes, cuatro balones perdidos… y la eliminación por seis faltas. Metta World Peace regresó de su suspensión por un partido… y falló 11 de 13 tiros, con 0/5 en triples y cinco puntitos en 30:03. El fuego del viejo y temible Artest parecía extinguido: como amedrentado. Steve Nash cumplía 39 años y lo menos que se puede decir es que una pista de baloncesto y ante los Boston Celtics… la edad se le notó bastante: nueve puntitos (4/9 en tiros) y cinco asistencias para Nash, desbordado por la garra y la velocidad de los bases de Boston.

Más ominoso aún para los Lakers y sus ‘fans’ fue la visión de Kobe Bryant en el descanso con un espectacular vendaje compresivo, cargado de hielo, en el codo derecho. “Cada vez que armo el brazo, el codo me dice ‘¿qué estás haciendo’?... pero hace tiempo que aprendí a jugar con dolor”, apunta Bryant en referencia no muy velada a los problemas y reticencias de Howard. Nash también alude a que en esta Liga ‘hay que saber jugar con dolor’. “Kobe no es un doctor y yo tampoco lo soy, pero sí estoy seguro de que mi carrera es sólo mía y sobre ella decido yo”, insistió Howard, que se pone serio cada vez que habla de estas cosas.

“Siempre se siente bien dándole a los Lakers en casa una de esas palizas al viejo estilo. No importa hacia dónde vayan ellos, siempre habrá una rivalidad de la que la gente siempre va a estar pendiente… y uno se siente bien ganándoles de este modo”, lanzó Paul Pierce, el mejor jugador del partido con 24 puntos (10/17 en tiros), siete rebotes y seis asistencias. 12 de los puntos de Pierce llegaron en el pivotal tercer cuarto. Otros cinco ‘celts’, Jeff Green (19), Garnett (15), Terry (15), Courtney Lee (13) y Avery Bradleey (10) firmaron diez o más puntos. Los Celtics mandaron en rebotes, aunque sin tanto escándalo como en el marcador de puntos: 48-43.

“Algún día me caeré en la mecedora, me meceré y, mientras me fumo un puro pensando lo que he hecho, estoy seguro de que entonces todo tendrá sentido para mí”, filosofó Garnett sobre la paliza… y esencialmente, sobre sus 25.000 puntos en la NBA. ‘Typical Celtics basketball’, “típico baloncesto de los Celtics, se ponen el sombrero de duros, salen a jugar duro y a sacar las cosas adelante. Parece siempre lo mismo: cuando sus espaldas están contra la pared… sabes que es cuando vas a ver de verdad lo mejor de ellos”, reflexionó Kobe, en otro mensaje poco subliminal a los suyos. Los Lakers se marcharon como un ejército batido y en retirada, rumbo a Charlotte, donde vuelven a jugar hoy en el sexto partido de su anual y agotador ‘Grammy Trip’: los premios ‘Grammy’ les arrojan por dos semanas de su cubil del Staples Center. Aguardan en Charlotte los colistas Bobcats, a sólo días del 50 cumpleaños de su propietario, Michael Jordan: que a día de hoy sólo es una decena de años mayor que Steve Nash…

Hubo algunas cosas más: definitivamente, Ricky Rubio sí estará en el Partido de 'Rookies y Sophomores' (‘BBVA Rising Stars Challenge’) del viernes 15, en Houston, dentro del ‘All Star Weekend’. Con los novatos mezclados en dos equipos, Ricky irá en el grupo de Charles Barkley, junto a Anthony Davis, Kenneth Faried, Alexei Shved… y enfrente estarán Damian Lillard, Kyrie Irving, Andre Drummond, Klay Thompson… a las órdenes de Shaquille O’Neal. Los jugadores de los Mavericks han prometido (en principio, parece que en serio) no afeitarse las barbas mientras no recuperen el 50% en el balance de victorias-derrotas. “Estamos en 21-28, así que queda camino por recorrer. Allá vamos”, lanza Dirk Nowitzki. Y en Denver, los Nuggets siguen a lo suyo, en una racha explosiva de ocho triunfos seguidos: el octavo, ayer, fue una paliza descomunal de  128-96 a los Chicago Bulls. Seis ‘nuggets’ anotaron diez o más puntos, con planilla total del 58,1% de aciertos en tiros de campo. Wilson Chandler (24 puntos) y el ya citado Faried, el que va a ser colega de Ricky en Houston, lideraron la carga de los Nuggets en el Pepsi Center: Faried se despachó con 21 puntos y 12 rebotes. Lawson (16 puntos) y Gallinari (15) pudieron relajarse un poco. Joakim Noah regresó con los Bulls pero, con dos puntitos, de poco sirvió ante la atomización de su equipo, liderado en anotación por Carlos Boozer (19 puntos) y Daequan Cook (18). Con 32-18, los Nuggets ya son cuartos del Oeste, se alejan de los Grizzlies, quintos, y amenazan el tercer puesto de los Clippers. Hubo un día en el que los Lakers incluso pensaban en dar caza a estos Nuggets. Sorpresas te da la vida.