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liga endesa | barcelona regal 73 - lucentum alicante 43

El Barcelona pasa página

Un Alicante mermado y sin ánimo bate registros negativos (43 puntos) ante un Barcelona que trata de olvidar el descalabro de Estambul y que pone un pie en semifinales. Partido sin historia.

<strong>EL BARCELONA, SIN COMPASIÓN.</strong>
EL BARCELONA, SIN COMPASIÓN.

La edad de hielo llegó al Palau y dejó un inicio de playoffs invernal. El Barcelona, sin Navarro y magullado después de Estambul, recibía a Alicante, con medio equipo ausente y sin más ánimo que pasar por allí. Poco ambiente en la grada y poco que resolver en pista, nada casi desde el ecuador del primer cuarto (9-2). Sin Llompart, sin Dewar, sin Ellis y sin Rautins... y en medio de una temporada jugada de más a menos, Lucentum pasó por el Palau sin el nivel mínimo de playoffs. El Barcelona masticó un partido sin historia y lo estiró como un chicle: diez (16-6), veinte (48-28), treinta puntos de ventaja (69-39).

Para Alicante queda la peor anotación de la temporada y la peor que nunca vio un partido de playoffs: 43 míseros puntos. Ha jugado contra el Barcelona dos partidos de Fase Regular, cuartos de Copa y este partido de playoffs con estos resultados: 65-49, 57-83, 75-54 y este 73-43. En el minuto 38 el equipo de un Vidorreta resignado había anotado 38 puntos. Punto por minuto: la nada. Seis en el primero, nueve en el último cuarto... 46 de valoración, 0/13 en triples, 18 pérdidas... y poco más que el esfuerzo bajo los aros de Ivanov (7+13) y Kone (8 puntos en el tercer cuarto). Nadie en Alicante anotó diez puntos y nadie parece tener espíritu para soñar siquiera con un tercer partido. Veremos el domingo.

Para el Barcelona, el partido no fue ni siquiera un bálsamo. La herida de Olympiacos fue de tal dimensión que no la cerrará nada que no sea un título ACB, desde luego no una paliza aseada en un Palau semivacío. La paradoja es que el Barcelona rompió el partido a base de triples de Huertas y Eidson, acaso los más señalados en la Final Four. Marcelinho, que falló el triple que pudo valer un billete a la final, anotó 4/5 en el tercer y cuarto puesto y 4/6 ante Alicante. 14 puntos y 6 asistencias no hacen olvidar a Spanoulis pero prometen un buen servicio en la carrera por la Liga, que es ahora, porque el pasado no vuelve, el único objetivo. Lo demás son castigos y quimeras.

Sin Navarro, el Barcelona defendió bien y atacó a ráfagas. Rompió el partido y lo aguantó sin ningún peligro (35-20 al descanso) hasta el colapso final del último cuarto (15-4 de parcial en más de ocho minutos). La victoria era innegociable y se consiguió. El trabajo de Pascual es recuperar el tono de antes del cataclismo europeo, la fe y el hambre. Y que vuelva Navarro y que se reanime Lorbek. Por ahí pasa el futuro próximo de un Barcelona que, salvo cataclismo, ha dejado sellado su billete para semifinales.