Euroliga | 66 CSKA Moscú - panathinaikos 64
Kirilenko y Shved apartan a Obradovic de su novena final
El CSKA sufrió más de la cuenta
Con más apuros de los esperados, el CSKA de Moscú volvió a una final continental tres años después de perder la última en la que estuvo, precisamente ante el Panathinaikos. En un partido que le hubiera ido como anillo al dedo al Barça, con fuertes defensas y pocos puntos, Kirilenko y unos últimos minutos brillantes de Alexey Shved -estrella emergente de la madre Rusia-, dejaron a Zeljko Obradovic sin su novena final de la Euroliga.
Vendaval.
Y eso que desde el principio, el técnico serbio se vio de nuevo a las puertas de la gloria. Su equipo arrancó muy agresivo y se escapó castigando al CSKA en la pintura, con Maric y Batiste (15-29, min. 10). Pero a partir de ahí, apretaron los de Kazlauskas en defensa y emergió la figura de Kirilenko, aletargado hasta entonces. Un parcial ruso de 17-3 igualó el encuentro (32-32, min. 19).
Diamantidis está vez no fue la figura griega, ni Teodosic la del CSKA. En el último cuarto mandaron Jasikevicius, que mantuvo al Panathinaikos, y Shved, que dejó un highlight para el recuerdo: canastón a aro pasado, preludio de un final apretado y polémico (posibles pasos de Teodosic a pocos segundos para acabar), cerrado con un tiro libre del base ruso.