Un triunfo doloroso en Siena

No se consumó el milagro. El Real Madrid ganó en Siena pero no disputará el 'playoff' de cuartos porque el Gescrap Bilbao hizo los deberes en la cancha del Unicaja de Málaga. Los de Pablo Laso nunca le perdieron la cara a un encuentro dominado inicialmente por los italianos gracias al acierto desde la línea de tres (13 de 29 al final del partido), más bien a la muñeca de Tomas Ress, pero los madridistas, sustentados en el rebote y la efectividad en ataque, dieron la vuelta al marcador tras el descanso y cerraron su andadura por Europa con un triunfo estéril en Siena (90-102). Una victoria sustentada en mayor medida en Felipe de Reyes (17 puntos, 14 rebotes y 30 de valoración) y Mirotic (14 puntos y 17 de valoración). Sin desmerecer nunca el trabajo de Pocius, Suárez y Begic.

El conjunto madridista ha sufridos pocos desfallecimientos esta temporada, pero sus efectos han sido demoledores. Dos episodios espantosos, ante el Montepaschi en Madrid y contra el Gescrap en Bilbao, han lanzado al equipo blanco a la cuneta de la Euroliga. Porque perder en Siena podía entrar en los planes de Laso cuando echó las cuentas del Top-16, pero no contaba con el lastre de los anteriores tropiezos. Así que al conjunto madridista no le quedó otra que jugar con un ojo en Siena y otro en Málaga.

Todos los escenarios eran posibles para el Real Madrid. Podía acabar primero, segundo o tercero. Si no quería depender de Unicaja, los de Laso tenían que ganar por más de 37 puntos en Siena, casi nada. En caso de aislarse, los blancos estaban obligados a estrujar a su rival desde el inicio, sin permitirse fallos como los dos tiros libres fallados por Singler nada más empezar. Arreglaron el desliz después con 6/6 en tiros de dos. El Madrid cabalgaba a buen ritmo aunque no se despegaba del Siena por culpa de los triples de Carraretto y McCalebb. La intención de Laso era hipnotizar al Siena desde el principio para engañarles con la clasificación y aprovechar después para hacer caja. No fue así porque el primer cuarto, clave para los intereses madridistas, se transformó en un intercambio de golpes. Eso no era lo soñado por el equipo blanco y Laso apeló a la estimulación de Jaycee Carroll. Al estadounidense le costó entrar en el juego pero hizo diana en su primer intento de triple. El vertiginoso ritmo vivido en el Palestra de Siena durante el primer parcial no benefició a los madridistas (28-26), convencidos en obtener seis puntos de ventaja por cuarto, tal y como apuntó su técnico antes del partido.

Y el culpable tenía nombre y apellidos: Tomas Ress. El pívot se desmelenó desde los 6,75 y castigó al Real Madrid con cuatro triples consecutivos. Además Rakocevic quiso poner su granito de arena para terminar por catapultar al Montepaschi hasta los seis ventaja (44-38). El excelso ataque italiano reventó todos los esquemas de Laso. Montepaschi llevaba el 'tempo' a la perfección, subiéndolo y bajándolo cuando mejor le convenía. Sin embargo, el acierto reboteador y el buen aspecto de Pocius mantuvieron siempre con vida al Real Madrid (53-52).

La cabeza en Siena y el corazón en Málaga

El marcador NBA de la primera parte se congeló al inicio del tercer cuarto. El acierto atacante disminuyó al mismo tiempo que las defensas se agrandaron. El cambio de papeles le sentó mejor al Real Madrid, que remontó y consiguió estirar hasta los seis puntos su ventaja. El antídoto para el bajón del Montepaschi lo recetó Moss. Con McCalebb ausente, el estadounidense se metió el equipo en la mochila y el solo echó por tierra todo el trabajo de los madridistas al final del tercer cuarto (75-76).

Lo de ganar por más de 23 ya resultaba imposible para el Madrid. Así que los de Laso mantuvieron la cabeza en Siena para buscar el triunfo y los corazones en el Martín Carpena. Sólo salió bien lo que estaba en sus manos. El equipo blanco se revolvió el último cuarto hasta conseguir una holgada victoria (90-102) con buenos números de Felipe Reyes (17 puntos, 14 rebotes y 30 de valoración) y Mirotic (14 puntos y 17 de valoración).