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Copa del Rey | Real Madrid 69-P. E. Valencia 59

La ambición del Madrid le devuelve a una final

En un duelo trabadísimo, con 47 pérdidas de balón, el Power Electronics Valencia tuvo contra las cuerdas al Real Madrid. Faltaban 18 minutos y los de Pesic ganaban 27-40. El equipo blanco aguantó el tirón, se metió en el partido y dejó KO al rival con un magnífico último asalto.

<b>LOS JÓVENES HÉROES. </b>Suárez festeja una victoria en la que fue el máximo anotador blanco (16 puntos). En las fotos pequeñas, Mirotic y Sergio, los otros dos protagonistas.
LOS JÓVENES HÉROES. Suárez festeja una victoria en la que fue el máximo anotador blanco (16 puntos). En las fotos pequeñas, Mirotic y Sergio, los otros dos protagonistas.felipe sevillano y paulino oribe

El Real Madrid sigue apretando en su particular carrera contrarreloj, contra la historia, sudando la gota gorda, sí; pero de nuevo en la final, por quinta vez en los últimos once años, en busca del título copero que se le resiste desde 1993, cuando Sabonis era un ogro feroz. Ahora, precisamente, al equipo blanco le falta eso, un gran líder, a la espera de que Mirotic dé el siguiente paso. Pero posee ambición, hambre de triunfo, y resistió una tunda de las buenas, cuando el Power Valencia amagaba con romper la semifinal: 27-40.

Y es que de salida Pesic ganó la batalla, porque metió al Madrid por senderos desconocidos: 14 pérdidas al descanso, sólo tres rebotes ofensivos y nada de juego interior, ni exterior; nadie destacado (16 de valoración colectiva frente a 41 del Power en ese minuto 20). Un duelo densísimo, difícil de mirar. Y en medio del chocolate espeso, Rafa Martínez buceó mejor que nadie. El espectáculo era malo, aunque las sensaciones, positivas para el equipo valenciano. Una canasta de Claver (muy mal partido) y un triple de Cook al arrancar la segunda parte provocaban un impacto súbito. Con el 27-40 el Madrid languidecía, pero... tantas veces antes supo remontar, que había que esperar.

Con Prigioni, Llull, Suárez, Reyes y Tomic en pista, los blancos salvaron el primer match-ball. Suárez lideraba un parcial de 9-0 y el Real volvía a respirar. Un triple de Sergio Rodríguez, ya en pista, lo apretaba todo aún más (46-48) con el último cuarto por jugarse. Y ahí, en el tramo vital, no hubo color; los de Messina se gustaron, siguieron defendiendo como cosacos, pero ya atacaban con otra fluidez, con Sergio sujetando el timón con gallardía, y con el desparpajo de Suárez y de Mirotic (nueve puntos en el sprint decisivo). Al equipo taronja le aguardaba un alud justo después de su última ventaja: 49-52, minuto 32.

El desenlace.

En el periodo final, el Madrid casi dobló su valoración (de 39 a 72) y el Power apenas añadió tres tantos a la estadística. "En esos momentos no tuvimos el carácter suficiente", diría luego Rafa Martínez. No supieron competir. Durante doce minutos sólo anotaron nueve puntos, pobrísimo bagaje, incluso en un duelo a cara de perro, con 47 pérdidas entre los dos. Un triple de Mirotic daba al Real su primera ventaja significativa (55-52) y, con Sergio a sus anchas, asistencia de espaldas incluida, la renta se estiraba hasta los nueve puntos. A la final, el Regal Barça espera de nuevo; el baloncesto siempre ofrece revancha.