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Euroliga | Montepaschi 68-Real Madrid 78

Ni Begic ni Garbajosa, la estrella es Mirotic

Triunfo de gran valía del Madrid en Siena, que le acerca a los cuartos de final. Los blancos sellaron una remontada increíble en los últimos 14 minutos, con Mirotic de figura. El canterano (19 años) firmó diez puntos casi seguidos para completar la reacción y terminó con 24 de valoración.

<b>LUCHADOR. </b>Reyes pelea con Rakovic y Stonerook. El capitán fue de los pocos que dio el callo ante la salida en tromba del Montepaschi.
LUCHADOR. Reyes pelea con Rakovic y Stonerook. El capitán fue de los pocos que dio el callo ante la salida en tromba del Montepaschi.euroleague

Ni Begic, que no debutó, ni Garbajosa; Mirotic es el amo. Figura en ciernes pero capaz ya de decidir al máximo nivel, en un duelo de absoluta locura, digno de verse. Hasta el minuto 26 el Madrid hacía el ridículo, acogotado por la salida en tromba -literal- del Montepaschi y su afición. Al campeón italiano le iba la vida en cada balón, su presión en la primera línea, la de los bajitos, mataba a Prigioni y a Llull­. El equipo blanco, uno de los que menos balones pierde, sumaba quince al poco de la reanudación. La debacle era completa, como si enfrente anduviera el Barça, aunque sin estarlo. Triste imagen.

Sólo Reyes daba el callo. Sergio Rodríguez ni jugaba, igual que Begic. Y al otro lado Zisis, un ex de Messina en el CSKA, parecía Papaloukas. Dominio absoluto de las operaciones. Moss, Akindele y Hairston, el poder negro de la guardia de Pianigiani, devoraban con asombroso apetito a su presa, con colección de mates incluida. El Madrid temblaba y la renta, que pronto fue de diez puntos (20-10), se estiró hasta los 18: 55-37, a 14 minutos de la bocina. Con todo perdido, incapaces de aguantar el tirón, Messina dio entrada a Sergio, que parecía con la cruz puesta.

Con el base cambió algo, saltó una chispa y prendió. Reyes hiló cinco puntos, Llull­ un par de canastas de enorme mérito, sus compañeros por fin forzaron una falta de tiro y, antes de que nadie se percatara, el Palaestra ardía en llamas. Con el incendio desatado y Reyes y Llull en el banco con cuatro personales (62-52), surgía un imperial Mirotic. El canterano descerrajó cuatros tiros, dos triples, diez puntos, en un suspiro, y el Madrid remontaba: 64-64. Restaban cinco minutos, no había rival. El Siena yacía asfixiado, descompuesto tras la entrega inicial, incapaz de responder a la solidez blanca, que no llegó a entregarse cuando pintaba cadáver. Quizá le ayudó pensar en el average. Parcial final de 13-41. Fue un triunfo de valía, al que se sumaron Suárez, Tucker y Tomic, paso adelante de los jóvenes bajo presión y, en unos años, quizá hablemos de que en Siena nació una estrella, Mirotic.