Louis Bullock falla el tiro ganador y Oleson renace

Si hay un partido decisivo en un playoff, es el primero, siempre. Ganarlo te asegura el éxito tres de cada cuatro veces, incluso más. Y fue el Caja Laboral quien golpeó de salida. Los de Ivanovic sufrieron muchísimo, les vimos agarrados a las cuerdas ante un rehabilitado Madrid sin Llull; pero el caminante, Splitter, guió la reacción­ cuando el rival tocaba los diez tantos de ventaja: 26-36.

"Es muy importante no permitir canastas fáciles, contener sus rachas que son claves en muchos de sus partidos", había dicho Messina en la previa. Y justo en ese inicio de la segunda parte, con el colchón de diez puntos, el Madrid se desplomó, con pérdidas y despistes, con malos ataques, impotente ante la supremacía temporal del brasileño, con Tomic sumando cuatro faltas (las que eran y las que no). Lo que se le vino encima no fue una racha, sino una ráfaga huracanada y todo por dejarse la puerta abierta: 13-2. El equipo de los vaivenes había vuelto. De ahí y hasta el final el partido se bailó como un chotis, en una baldosa. El factor sorpresa se había esfumado.

En el último cuarto Messina situó a Reyes sobre Splitter­ y el cordobés secó al MVP de la temporada. Un dos más uno de Felipe ponía de puntillas a los suyos: 54-56, a cinco y medio de la bocina. En ese tiempo el Madrid sólo añadiría cuatro puntos. Carecía de tiro. Otra cuesta abajo, su último vaivén, el que le mató. Y eso que Bullock lo tuvo en su mano. Con 61-60 los blancos atacan para ganar, pero se atropellan y Sweet Lou recibe a cinco segundos. Pudo intentar la penetración, pero había más de un defensor cerca y optó por el triple. Falló. Oleson mientras había justificado algo su millonaria salida del Fuenla (1,8 millones de euros) con ocho puntos seguidos en el tramo vital. Antes, Velickovic de alero y Reyes daban otra pujanza al Madrid. La primera, sin embargo, se queda en Vitoria. Mañana, más.