El Caja Laboral no da opción a un Madrid fundido

El cansancio acumulado en los jugadores del Real Madrid pudo pesar en la derrota cosechada hoy ante el Caja Laboral pero lo que es innegable es que el equipo vitoriano rodó a un nivel superior a su rival durante todo el encuentro, rindiendo mucho en defensa y con gran actuación de Splitter (17 puntos y 21 de valoración) y Teletovic, éste ganó claramente la batalla desde la línea de triples a Garbajosa. El Madrid, sin apenas tiempo para pensar en el partido, sucumbió por segunda semana consecutiva en competición doméstica y destapa la necesidad de Sergio Llull en el equipo dirigido por Messina.

El pabellón Fernando Buesa Arena se vestía de gala esta tarde para presenciar uno de los duelos más electrizantes y con mayor morbo de la ACB. Sin apenas tiempo para masticar el heroico triunfo en cancha del campeón de Europa, los de Messina debían refrendar el buen juego mostrado el jueves en Euroliga ante un Baskonia arrollador en su cancha donde ya encadena 24 triunfos en fase regular. En realidad, la buena racha de los locales era casi lo de menos en un duelo que ya vestía bien sólo con mirar las plantillas y tomaba más cuerpo gracias al toque de dos entrenadores de renombre. Y es que Ivanovic y Messina son dos profesores experimentados pero todavía no se habían visto las caras en la Liga Regular ACB.

Y para seguir echando gasolina al fuego, el Caja Laboral tenía la oportunidad de tomarse la revancha de las semifinales de la Supercopa, debut oficial de Messina que acabó con victoria aplastante del equipo blanco este verano.

Reunidos todos los ingredientes, los 9.700 espectadores que llenaban el pabellón vitoriano no dudaron el silbar a Prigioni en cuanto hizo el primer robo del partido. En unos primeros minutos de infarto, ambos conjuntos hicieron buenas las estadísticas que refrendaban que tienen los mejores ataques del campeonato. Los locales no daban respiro al equipo blanco, apoyándose en la fuerza de Tiago Splitter, que ayudó al despegue inicial del Baskonia. Al brasileño se le unió Teletovic que clavó el primer triple que se dibujó en su cabeza. De la tarea fea se encargó San Emeterio, sombra de Garbajosa en defensa. El de Torrejón no se amedrentó y decidió pegarse también al cántabro.

La consigna del equipo vitoriano era clara. Agobiar al rival e ir al rebote ofensivo como una exhalación. La táctica no iba mal para los de Ivanovic que llegaron a disponer de una ventaja de diez puntos en los primeros ocho minutos (20-10). El primero de los cuatro asaltos finalizó 24-16 gracias a la buena actuación de Splitter que acabó como máximo anotador (7 puntos) y campaba a sus anchas por el parqué de casa. En el Madrid, subrayar los buenos movimientos en zona de Velickovic. El serbio mostró recursos para sobreponerse a cualquier dificultad y acabó el primer cuarto como máximo anotador madridista (6 puntos).

El segundo cuarto se puso en funcionamiento con dos buenas penetraciones de Marcelinho Huertas y él solo puso de nuevo los diez puntos de ventaja. El Madrid debía luchar otra vez contra el marcador. Por esas, Messina dio entrada a Sergi Vidal, que éste sí que fue recibido con aplausos por la grada de la que fue su casa. Pero las palmas se multiplicaron un minuto después cuando English se marcó un triple para poner la mayor ventaja en el luminoso hasta ese momento (11). Esa era la gran diferencia entre ambos equipos. Mientras el Caja Laboral se apuntaba ya cuatro triples, el Madrid no había sido capaz de hacer ni uno.

El Buesa Arena se divertía con su equipo y una conexión Huertas-Splitter acabó por reventar las gargantas locales. Entonces apareció Louis Bullock para reflotar en medida de lo posible a su equipo con un triple al filo del descanso. Era el segundo del Real Madrid porque Lavrinovic, que se cargó con tres personales antes del final del cuarto, inauguró ese hueco estadístico un minuto antes de la aparición del estadounidense para cerrar el segundo acto con un 35-28 que dejaba todo abierto.

Los minutos de descanso debían servir para que el Real Madrid tratara de solventar el problema de continuidad y acabar, de una vez por todas, de jugar a fogonazos. Pero enfrente estaba un Marcelinho Huertas que buscaba su hueco estadístico. El de Sao Paolo consiguió su triple número 100 en ACB y llevó, de nuevo, al Caja Laboral a la máxima diferencia del partido (12 arriba). El tercer asalto entró en una fase muy física. Costaba un mundo avanzar un metro por el parqué vitoriano y la peor noticia para Messina llegaba en el terreno reboteador (23-13 para el Baskonia).

El equipo vasco se escapaba en el luminoso y dejaba seco a un Madrid que a falta de cinco minutos para el final del cuarto no pasaba de los 28 puntos. Los blancos parecían deshacerse y únicamente Bullock levantaba la mirada para buscar el aro desde la zona de triples. Pero el Caja Laboral tenía al incontestable Teletovic que no titubeó en ningún momento desde la línea de tres.

El Madrid se descompone

El paso de los minutos caía como una losa sobre los jugadores del Real Madrid que apenas tuvieron tiempo para descansar y afrontar al cien por cien la cita. Pero eso no son excusas para Messina, que dijo en el descanso que "sus jugadores son jóvenes y pueden aguantarlo perfectamente". Lo cierto es que el Baskonia estaba lanzado y a falta de los diez últimos minutos para el final Ivanovic adoctrinó a los suyos en el mejor escenario posible. 18 puntos arriba (62-44) y el Madrid con la lengua fuera a punto de besar la lona.

Con el partido prácticamente decantado a favor de los locales, el público se deleitó con la gran actuación de Pau Ribas tanto en el terreno ofensivo como en el defensivo. Mientras, el Real Madrid intentó limar el marcador pero ni el Baskonia dejó de pisar el acelerador ni el equipo blanco tenía gasolina suficiente para maquillar un marcador que se apagó con el resultado 80-62.