La afición castiga al Estu con pitos

El Cajasol de Joan Plaza, al que la Demencia recibió al cántico de "carcelero" (es funcionario de prisiones), acabó montando un motín en el Estudiantes. Los dos llegaban con el casillero de victorias a cero. Y los de Luis Casimiro, ya limpios de Gripe A, siguen sin estrenarlo con la perspectiva de recibir al Gran Canaria el martes y al Barça el domingo. Rivales que pueden convertir el motín en incendio.

El caso es que el Estu, que se estrenaba en casa, sólo fue un equipo un cuarto, el primero. Ahí, Caner-Medley, ala-pívot guerrero, tomó el mando (11 puntos en ese parcial para un total de 22) y los locales cerraron con 25-15. A partir de ahí, nada funcionó. Toda la estructura de Casimiro (poco hábil a la hora de mover el banco) se descosió. Miso, criado en el Estu, reventó con 20 puntos (cuatro triples), Triguero mandó en la pintura, Calloway voló y Savanovic volvió locos a unos pívots muy blanditos. "Se lo he dicho a los jugadores: si esta afición nos pita, después de las calamidades del año pasado, es que lo estamos haciendo muy mal. Perder así no es admisible. La imagen fue intolerable". El diagnóstico es de Casimiro.