Se sufrió, pero el balance es bueno, con tres puntos y optimismo renovado para visitar a Noruega.
Las canteras tienden a crear futbolistas completos, con fuerza, sentido táctico y buena técnica.
En el Metropolitano vimos un fútbol vibrante entre dos de los equipos fuertes del campeonato.
El mérito añadido es que logra eso sin menoscabo de su formidable trabajo en el medio campo.
De maneras elegantes en el trote y el manejo del balón, pero fiero e incansable en la disputa.
Maneja un grupo largo de jugadores que se reparten minutos en ese sucederse vertiginoso de partidos.
Hay que alabar que el PGMOL admita el error y se disculpe, lo que nunca haría el CTA.
La curiosidad se centró en la media hora de Vinicius, al que se vio falto de punto.
El otro partido gordo del día se jugó en Son Moix, donde el Mallorca se lo puso difícil al Barça.
Mucho lío. La plantilla está mal hecha y obliga a Ancelotti a resolver un sudoku diabólico.
El Amberes no es el rival más difícil que se pueda encontrar, pero el Barça está en el camino.
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