AS COLOR
PortadAS
Rubiales y Tebas se han descrito como un ejemplo: toda cuestión tiene dos puntos de vista, el equivocado y el nuestro. Aunque esta vez se han dado la mano, en un sosiego tenso. Para ser presidente de cualquier lugar hay que saber lidiar con tu conciencia. Tenerla limpia solo es un síntoma de mala memoria.
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El Madrid se plantea jugar en el Di Stéfano para cuando todo esto vuelva. Como si decidieras hacer los recados con el Golf y darle tregua al Q7. El Bernabéu planea obras, pero el Di Stéfano también tendrá que acicalarse. Si pudiera elegir, no se vestiría de VAR, vistos los resultados de su dueño como local. Al menos la grada visitante no se vería tan sola: la de enfrente también estará vacía.
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En la semana de su aniversario, Tebas lo celebró con un pacto. El de Viana, con el que inyectará 200 millones de euros al deporte español en cuatro años. Él siempre ha defendido mucho a su país, aunque naciera en Costa Rica y reconoce dormir lo justo. Lo compensa con su simpatía a Vox. También defiende al dinero, con el que ha modernizado La Liga y también su sueldo. Ahora vienen nuevos tiempos, y menos dinero.
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Ya todo el mundo conoce que Camavinga cuesta 50 millones pero casi nadie sabe cómo juega. Andrés Onrubia le pone remedio: "Camavinga podría hacer de Pogba y también de Casemiro. Puede jugar de pivote y también de volante, más liberado para llegar al ataque aprovechando sus conducciones". El problema de Camavinga está en su edad. Con 17 años nunca sabes lo que pasará el curso que viene.
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Para hablar de delanteros hay que preguntar a los mediapuntas. Y mejor que sea de los buenos, como Gerardo Berodia. Llegó a ser el diamante con más brillo de la cantera del Madrid, disfrutó de la Libertadores y se le guarda como histórico en 2ªB. Él responde como pasa: con visión. Para el Madrid ficharía a Haaland, porque el equipo se quedó huérfano de rematador. Y para él, que le junten a Mbappé; siempre se entendió mejor con los delanteros rápidos.
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Berodia y Luis Masero, técnico y analista de juego ofensivo en clubes como la Cultural Leonesa, UD Melilla o Unión Adarve, coinciden en lo importante: el Madrid tiene que fichar a Haaland y también a Mbappé. Masero define al francés como un punta de caídas, ideal para el fútbol moderno. Reseña que su virtud principal es ir al espacio, y ahora el Madrid necesita más área.
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Mario Cortegana avisa: el siguiente plan del Madrid debería ser la renovación de Varane. Un crack discreto y un central imponente. El francés ha demostrado en muy pocos años que las cosas salen muy rápido si permaneces callado. Varane es tan exitoso que no necesita hablar. Con las vueltas del futuro de Ramos, su continuidad es primordial. El Madrid tendría que andar tan rápido como su central; Varane ya dudó el año pasado, y a la gente discreta no conviene hacerla dudar.
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