EL QUINTO CUARTO

Todo encaja bien para Luka Doncic en Dallas

Jerome Miron

Cuanto más se analiza más claro parece que era difícil encontrar un escenario mejor para Luka Doncic que los Mavericks entre los equipos que elegían en las primeras posiciones del draft. Dallas tiene la etiqueta de ser una franquicia seria, que parte cada temporada con la idea de competir y que habitualmente se muestra activa en el mercado con la intención de mejorar su plantilla. En las últimas 18 temporadas ha participado en los playoffs en 15 de ellas y en ese tiempo ha disputado dos finales, ganando una (2011). Cuenta con uno de los entrenadores más valorados de la NBA, Rick Carlisle, y con una buena base para crecer con jugadores como Dennis Smith Jr. y Harrison Barnes. Su célebre propietario, Mark Cuban, es ambicioso y el proyecto de la entidad texana se antoja más fiable a corto plazo que el de los Hawks, conjunto que seleccionó a Doncic, así como el de otros que antecedieron en el draft a los Mavs.

Acostumbrado como está el base esloveno a pelear por la victoria en cada partido, su nuevo destino se ajusta mejor a priori a este objetivo que el de esos otros equipos que están en una reconstrucción aún más obvia y que seguramente tarden un mayor periodo de tiempo en ser sólidos. Al menos eso invita a pensar la trayectoria en este siglo de los Mavericks. Bien es cierto que acumulan dos temporadas consecutivas sin alcanzar las eliminatorias por el título y que en el durísimo Oeste lo van a tener de nuevo complicado, pero los planes apuntan indudablemente en la dirección de intentar recuperar su sitio cuanto antes. Y sin tankings premeditados, algo que un jugador tan acostumbrado a luchar por todo como el exmadridista agradecerá. Doncic, además, será importante en ese proceso. La apuesta por él ha sido clara y el guard balcánico arranca de primeras con muchas opciones de ser titular. Así lo aseguró enseguida su nuevo técnico. No hay dudas respecto a la importancia que tendrá en el equipo.

El base esloveno será el jugador europeo número 25 en la historia de los Mavericks

El joven base esloveno encontrará además en el vestuario a un referente del baloncesto europeo y mundial que le ayudará en su adaptación a una competición tan dura como la norteamericana. El ya cuarentón Dirk Nowitzki, quien se ha mostrado ilusionado con la llegada de Doncic, será un mentor de auténtico lujo para el jugador que ha renovado las esperanzas de futuro de los Mavs. El ala-pívot alemán es el más ilustre de los múltiples extranjeros con los que ha contado en su historia el conjunto de Dallas, una franquicia muy acostumbrada a tratar con talento internacional, algo que también juega a favor de Luka. Por sus filas han pasado, de hecho, muchos europeos. En concreto, 24 antes que Doncic, incluyendo a Chris Kaman, jugador nacido en Estados Unidos, pero que representó a la selección de Alemania, país que ha visto a otros cuatro jugadores de esa nacionalidad vestidos con el uniforme de los Mavs, además del pívot y de Nowitzki: Uwe Blab, Detlef Schrempf, Shawn Bradley y Maxi Kleber.

Por la franquicia de Texas asimismo pasó nuestro José Manuel Calderón; un croata (Bruno Sundov); un georgiano (Zaza Pachulia); un estonio (Martin Muursepp); un belga (Didier Ilunga-Mbenga); cinco franceses (Tariq Abdul Wahad, Antoine Rigaudeau, Rodrigue Beaubois, Alexis Ajinça e Ian Mahinmi); dos británicos (James Donaldson y Pops Mensah-Bonsu); un ruso (Pavel Podkolzin); un israelí (Gal Mekel); y cuatro jugadores originarios de Serbia y Montenegro (Radisav Curcic, Predrag Danilovic, Alexander Pavlovic y Peja Stojakovic). Está claro que en Dallas no tienen reparos en apostar por jugadores del Viejo Continente. Ni de otras zonas del planeta. Tuvieron al primer chino en alcanzar la NBA, Wang Zhizhi (y más tarde a Ji Yianlian); también jugadores canadienses (Bill Wennington, Steve Nash, Jaamal Magloire, Samuel Dalembert y un miembro de la actual plantilla, Dwight Powell); africanos (los senegaleses Mamadou N'Diaye y DeSagana Diop, así como los nigerianos Obinna Ekezie, Josh Akognon y Al-Farouq Aminu y el tunecino Salah Mejri); un brasileño (Joao Vianna); un australiano (Chris Anstey); un mexicano (Eduardo Nájera)... Incluso un panameño, Rolando Blackman, el primer jugador no nacido en Estados Unidos (aunque tiene el pasaporte de este país) que militó en los Mavericks, donde jugó con éxito de 1981 a 1992.

Doncic, la noche del draft en el Barclays Center. Mike Stobe (AFP)

Y si todo sale como esperan en Dallas, pronto su próxima gran estrella, el jugador llamado a coger el testigo de Dirk Nowitzki, será también de fuera de las fronteras del país de las barras y estrellas: Luka Doncic. El base, después de toda la experiencia acumulada en el Real Madrid y con la selección de Eslovenia, no se va a sentir intimidado por el reto a pesar de sus 19 años. Eso seguro. El bagaje que acumula a sus espaldas no lo tienen el resto de novatos que van a debutar en la NBA. De momento, formará una pareja de futuro muy a tener en cuenta con Dennis Smith Jr. (20 años), un jugador con el que puede combinarse a la perfección a la hora de anotar, crear juego y defender a exteriores rivales, aspecto en el que se tienen más dudas con Doncic debido a que no es especialmente veloz ni explosivo físicamente, cualidades que sí posee el ex de North Carolina State. Ambos pueden alternarse en las dos posiciones del backcourt para salir airosos en esta faceta. En cualquier caso, y aunque Doncic ya es el segundo favorito en las apuestas para hacerse con el galardón de Rookie del Año, no sería extraño que el nuevo número 77 de los Mavs tardase algunos meses en causar el impacto que se espera en un baloncesto de características diferentes al europeo. No obstante, ya ha demostrado antes que aprende muy rápido, algo que conviene no olvidar. Las cosas, a priori, pintan claramente bien para Doncic en Dallas.