La fórmula de los números primos, la norma matemática de bares y restaurantes para que pidas más raciones
A través de esta norma, las raciones se componen de unidades concretas de comida pensadas para que el cliente tenga que pedir otra más si quiere compensar la repartición.
El mundo de la hostelería está construido sobre un curioso terreno en el que se mezcla el marketing y la tradición. Estas dos claves comerciales, unidas, dan lugar a una técnica muy española: la pillería. Y de la mano de este proceder, los bares y restaurantes preparan el servicio de la manera más profesional posible.
Sin embargo, esta intención se puede rastrear en detalles que, aunque parecen casualidad, distan mucho de haber sido dispuestos al azar. Por ejemplo, el número de unidades que componen las raciones. Croquetas, alitas de pollo, calamares y un sinfín de platos que inundan de hambre al comensal y crean terremotos en su barriga. Probablemente, el lector haya ido alguna vez a un bar y haya terminado pidiendo de más en aquellos platos que cuentan con varias piezas de comida. El motivo, la llamada ‘norma de los números primos’.
¿En qué consiste?
Esta fórmula ha salido de la oscuridad de las cocinas gracias a una intervención del matemático y divulgador científico, Santi García Cremades, durante la emisión de ‘Mapi’, en TVE, el pasado mes de septiembre. El que fuera colaborador del concurso televisivo detalló la importancia de esta regla y la frecuencia de su uso; especialmente en franquicias. Más de un espectador se sintió súbitamente identificado.
“¿Por qué las tapas siempre van en número impar y uno se tiene que comer una de más o una de menos?”, cuestionaba García Cremades. Lo hizo de forma retórica, sin esperar respuesta. Él mismo rompió el silencio: “El motivo es que los restaurantes y bares de España son muy listos”. Así creaba el caldo de cultivo para desgranar las claves de la norma.
Su funcionamiento es bastante básico. Simplemente consiste en dotar las raciones de números primos de unidades de comida. Estos valores numéricos son aquellos que únicamente resultan divisibles entre el uno y la propia cifra. Es decir, las raciones tendrán dos, tres, cinco, siete u once croquetas. La ecuación es todavía más intuitiva: a no ser que el número de comensales coincida, repartir las unidades de manera exacta es imposible, lo que anima al cliente a pedir otra ración para compensarlo.
“De esta forma se consigue que el reparto no sea equitativo y que haya que pedir más raciones para que todo el mundo coma por igual”, explica García Cremades, que añade: “Estamos obligados a pedir más y más hasta cuadrar este número dichoso”.
Como todas las reglas tienen su excepción, y como todas las franquicias se curan en males, empresarial y económicamente hablando, esta norma tiene una salvedad que las franquicias utilizan para hacer negocio. Para aquellos casos en los que el número de comensales sea primo, habrá otras raciones pares. La cuestión es que te pidas otra.