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¿Por qué en España damos tapa o pincho con la bebida y en otros países no?

El “tapeo” es una tradición española que se estableció hace algunos siglo y que se ha extendido y ha ido variando a lo largo de todo el territorio español.

¿Por qué en España damos tapa o pincho con la bebida y en otros países no?
Wikimedia Commons

“Pequeña porción de algún alimento que se sirve como acompañamiento de una bebida”, así define la RAE la palabra tapa en su octava acepción. Si por algo se caracteriza la cultura gastronómica española son por estas porciones de comida que acompañan a las bebidas en bares y tabernas. A lo largo y ancho del territorio español podemos encontrar variaciones y distintas interpretaciones de lo que es una tapa, pero casi en cualquier lugar de España las podemos disfrutar.

Siesta, paella y tapas. Posiblemente esas tres palabras sean las primeras que asocian los extranjeros con España, y es que las tapas se han convertido no solo en seña de identidad de la gastronomía española, sino también en un reclamo turístico y un modelo a imitar en el resto del mundo.

El origen de las tapas

Existen diversas versiones sobre el nacimiento de la tapa, aunque muy pocas están documentadas y se pueden tomar como ciertas. Algunas hipótesis apuntan a que Alfonso X El Sabio obligó a los mesones castellanos a servir el vino acompañado de comida para evitar que las personas se emborracharan.

Otros apuntan a que el nacimiento del tapeo fue en el sur peninsular, cuando en Cádiz, un rey (Alfonso XII o Fernando VII) fue invitado a un vaso de vino. Una racha de viento levantó arena, y para evitar que esta entrara en el vaso del monarca, un tabernero puso una loncha de jamón para taparlo. Al rey le maravilló la idea y volvió a pedir un vaso de vino con tapa, imitándolo así el resto de personas que se encontraban en el lugar.

Esta última hipótesis cuadra perfectamente con el más que probable origen de la palabra. Las bebidas en los bares se servían con una rebanada de pan, o un trozo de embutido o queso que tapaba el vaso, para evitar que entraran insectos o algún elemento no deseado, de ahí que la comida que acompaña a la bebida se llamara tapa.

Distintos “formatos” alrededor de España

Lo que está claro es que la tradición de la tapa se ha extendido alrededor de toda España, convirtiéndose en seña de identidad de la gastronomía española. Sin embargo, en cada comunidad el tapeo ha ido evolucionando y cambiando, y a lo largo del territorio español podemos encontrar distintos “formatos” y distintos nombres de esta tradición.

Por ejemplo, en zonas del sur, lo normal es encontrar las tapas gratuitas con cada consumición. Aunque se pueden encontrar de muchas maneras, lo general en Andalucía es encontrar tapas frías que acompañan a las bebidas. En el centro peninsular, en lugares como Cáceres o Ávila es más normal encontrar tapas calientes, donde croquetas o tortilla es lo más demandado.

En cuanto a los nombres, si decidimos tapear en Alicante diremos que vamos de “picaeta”, mientras que en Tarragona aquellos bares que ofrecen tapas se les llama “llesqueries”. Sin embargo, en la zona de Navarra, La Rioja o País Vasco a salir de tapas se le conoce como “chiquiteo”.

País Vasco es uno de los lugares más populares para tapear, y en dónde las tapas han sufrido una evolución, convirtiendo esta tradición gastronómica en puro arte culinario. Y es que en Euskadi las tapas se han llevado a otra dimensión, convirtiéndolas en Pintxos, unas tapas elaboradas sobre una rebanada de pan, normalmente de una calidad mucho mayor que las tapas más tradicionales.

En cualquier forma que sea, da igual el lugar de España en el que nos encontremos, ir de tapas se ha convertido en algo más que solamente beber y comer. El hecho de ir de tapas se ha convertido en España en un acto social en el que disfrutar con amigos o familia de una mañana o una tarde de charla alrededor de una mesa de nuestro bar o taberna favorito. Aunque también puede servir para, a través de una ruta por distintos establecimientos, conocer una ciudad o pueblo que visitamos por primera vez. Quizás sea eso lo que hace que el tapeo haya conquistado, no sólo a los españoles, sino a todos los visitantes que visitan nuestro país.