Cuánto ha costado el Isaac Peral, la joya de los submarinos S-81 de la Armada Española
El precio inicial era de 1.750 millones de euros, pero ha terminado siendo de 3.907 millones por el cambio de diseño debido a un exceso de peso.
Después de 20 años de espera, el submarino S-81 ‘Isaac Peral’ fue finalmente entregado a la Armada en Cartagena el pasado jueves 30 de noviembre. “Es gratificante poder decir: Aquí está el submarino, está perfecto”, afirmó hace unos días Ignacio Núñez, director de producción del astillero de Navantia.
Durante el acto de entrega del submarino a la Armada, el jefe de Estado Mayor de la Armada (AJEMA), el almirante general Antonio Piñeiro, aseguró que “se inicia una etapa ilusionante, en la que incorporamos una tecnología de vanguardia en un submarino que está llamado a asumir un importante protagonismo en las operaciones navales”, según recoge la web del ministerio de Defensa.
Inicialmente, la fabricación del S-81 tenía un coste de 1.750 millones de euros y se estimaba que estaría listo en 2013. Posteriormente, debido a una nueva estimación sujeta a diversas modificaciones, se fijó un nuevo precio que rondaba los 2.135 millones. Finalmente, se tuvo que cambiar el diseño debido a un exceso de peso de 125 toneladas que ponía en riesgo la flotabilidad, lo cual atrasó el final de su construcción hasta 2021 y aumentó el coste a 3.907 millones de euros.
Particularidades del submarino
Para la construcción del S-81, Navantia tuvo que pedir ayuda económica a una firma americana, debido a que el coste final se les salía del presupuesto planteado, además de que habían roto relaciones con su socio francés, DCNS, por diferencias en el reparto de trabajo. Según informa El País, Electric Boat aportó 14 millones para sacar adelante la fabricación del submarino tras aconsejar que debían alargarlo para equilibrar el peso.
Uno de los aspectos más destacados del S-81 es el llamado Sistema de Propulsión Anaeróbica (AIP), el cual permite sirve para recargar las baterías del submarino en inmersión con pilas de combustible alimentadas con hidrógeno producido a bordo a partir de bioetanol. Esta novedad permite pasar tres semanas sin salir a la superficie, lo cual dota al submarino de una complejidad técnica que solo una decena de países en el mundo es capaz de diseñar, entre ellos España.
La construcción de este submarino y los otros tres que tienen previsto fabricarse, según el programa S-80 que arrancó en 2003, supone un hito de la ingeniería naval española. Se calcula que el Estado invierta en los sumergibles casi 4.500 millones de euros, según recoge el periódico 20 Minutos. No obstante, se trata de una inversión a largo plazo, puesto que ya hay países interesados en comprar esta nueva nave, como Turquía, Canadá o Polonia, por lo que se abre la puerta a una futura exportación.