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CAMBIO CLIMÁTICO

“Acuerdo histórico” en la cumbre del clima de Dubái: ¿cuáles son los grandes avances?

Los representantes de casi 200 países acuerdan un cerco a los combustibles fósiles para abordar la crisis climática. El gas, el petróleo y el carbón, bajo la lupa.

United Arab Emirates Minister of Industry and Advanced Technology and COP28 President Sultan Ahmed Al Jaber attends a plenary meeting, after a draft of a negotiation deal was released, at the United Nations Climate Change Conference COP28 in Dubai, United Arab Emirates, December 13, 2023. REUTERS/Amr Alfiky
AMR ALFIKYREUTERS

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28, por el número de la presente reunión) se acercaba ya a sus compases finales sin atisbo de conseguir un acuerdo. Los casi 200 países que se han dado cita en Dubái, finalmente y después de intensas negociaciones durante la noche, han alcanzado un “histórico acuerdo” con el que pasar página, al fin, de los combustibles fósiles.

El acuerdo apuesta por un tránsito que, como fin último, busca dejar atrás este tipo de combustibles, los ‘señalados’ por la actual crisis climática: el petróleo, el gas y el carbón. Más de tres décadas de acuerdos y negociaciones, y hasta la fecha no se ha dado este importante paso. Las emisiones de efecto invernadero copaban parte central de los textos acordados en años anteriores, pero las menciones directas a la necesidad de reducir las fuentes que lo provocan brillaban por su ausencia.

Hasta hoy. Y, quizá, en el escenario menos esperado. Porque el país que presidía la cumbre, Emiratos Árabes Unidos, ‘debe’ casi el 30% de sus ingresos al petróleo y al gas. Este hecho, lógicamente, generó recelos de que finalmente se pudiera sacar algo en claro en relación con esta materia. “Muchos dijeron que no se podía hacer. Esto es histórico”, ha dicho Sultán al Jaber, presidente de esta COP y uno de los líderes de las negociaciones.

Transición energética

Pero finalmente se ha conseguido, y todo ello a pesar de las reticencias de algunos países como Arabia Saudí e Irak, cuya economía depende en buena parte de las exportaciones de estos combustibles. Después de un intento fallido en la cumbre de Glasgow, en 2021, era la ocasión marcada en rojo en el calendario. Ahora o nunca. Y su ausencia habría supuesto un duro varapalo para muchos Estados, especialmente en la Unión Europea.

Y, además de ‘qué’, la cuestión era el ‘cómo’. La forma en la que se haría referencia a los combustibles. Desde un “eliminar progresivamente” su uso y producción que pedían los países más ambiciosos, frente a la reducción que aparecía en el borrador difundido por la presidencia de la COP28 el lunes. Un texto que generó una corriente de críticas en el lado ecologista y las naciones más concienciadas.

El borrador, finalmente, cambió su redacción para hablar de una transición con la que dejar atrás los combustibles fósiles “en los sistemas energéticos, de manera justa, ordenada y equitativa, acelerando la adopción de medidas en este decenio crítico, a fin de lograr el cero neto para 2050″. Según ha confirmado Simon Stiell, máximo responsable del área de cambio climático de la ONU, es el “principio del fin” para los combustibles fósiles.

Lo que viene ahora: nuevos planes climáticos

Después de ser aprobado, los representantes de los diferentes países presentes en la cumbre han tomado la palabra para felicitarse por el acuerdo. “Han tenido que pasar más de 30 años para centrarse en cómo ir más allá de un mundo basado en los combustibles fósiles”, ha manifestado la ministra española para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.

¿Y ahora, qué? El próximo paso en este horizonte está en 2025, año en el que los países deberán presentar sus nuevos planes climáticos para seguir reduciendo sus emisiones. El texto aprobado pide también a los países que contribuyan con otras medidas, como “triplicar la capacidad mundial de energía renovable y duplicar la tasa media anual mundial de mejoras de la eficiencia energética para 2030″. También se pide la eliminación gradual de la energía del carbón y la reducción “sustancial” de las emisiones de dióxido de carbono a nivel mundial, en particular las de metano para 2030, y la reducción de emisiones del transporte por carretera, “con infraestructuras y el despliegue rápido de vehículos de emisión cero y de baja emisión”.

En cualquier caso, se deja alguna puerta abierta al sector fósil. Se habla, pues, del uso de “combustibles con emisiones de carbono nulas o con bajas emisiones mucho antes de mediados de siglo o alrededor de esa fecha”. A su vez, se pide acelerar “las tecnologías de reducción y eliminación, como la captura, utilización y almacenamiento de carbono, en particular en sectores difíciles de reducir, y la producción de hidrógeno con bajas emisiones de carbono”.

Ayuda a países vulnerables

El texto aprobado señala las líneas maestras que deben incluir los países firmantes del Acuerdo de París para los próximos planes climáticos, que deben servir para que el calentamiento quede entre 1,5 y 2 grados Celsius respecto a los niveles preindustriales. Es el nivel de seguridad que plantea dicho acuerdo, pero con los actuales planes de los Estados, en el mejor de los escenarios ese calentamiento quedará entre 2,1 y 2,8 grados. Por ello, se necesita que los planes se endurezcan, de ahí que se señale de forma directa a los combustibles fósiles.

La cumbre, en sus primeros días, abrió con otro importante avance. Los representantes de los casi 200 países acordaron la puesta en marcha de un fondo de pérdidas y daños para compensar a los países más vulnerables a los desastres producidos por la crisis climática. Un mecanismo del que se dieron las primeras pinceladas en la pasada COP, celebrada en Sharm el Sheij (Egipto) hace un año. Tras concretarse el 30 de noviembre, los países han ido realizando aportaciones a un fondo que ya suma cerca de 1.000 millones de dólares.