¿Qué está pasando con Credit Suisse y cómo afectan los Credit Default Swaps?
El segundo banco más importante de Suiza está en serias dudas sobre su solvencia y podrían obligar a sus directivos a una ampliación de capital para equilibrar sus finanzas.
El director general de Credit Suisse, Ulrich Körner, se dirigió el viernes a los empleados para tranquilizarlos y asegurarles de que la reestructuración de la compañía tendrá una perspectiva de largo plazo y aboga por un futuro sostenible. Lejos de los mensajes de insolvencia.
Aunque lo que es cierto es que el banco se encuentra en un momento crítico, afirmando que tienen un nivel sólido de fondos propios y liquidez. Pero la Bolsa no se fía. Y los inversores tampoco. El banco dará información el 27 de octubre, cuando presente resultados.
¿Cómo ha llegado Credit Suisse a esta situación?
“En Credit Suisse llueve sobre mojado. En 2021 se vio envuelto en la quiebra del controvertido prestamista Greensill Capital y del hedge fund de Estados Unidos, Archegos Capital. También, ha tenido que hacer frente a otras multas, a la debilidad del negocio de banca de inversión, y los cambios en la dirección de la compañía”, nos cuenta a Diario AS Héctor Chamizo, periodista especializado en Economía y Mercados.
Para Jon Oyarbide Mendieta, socio fundador de Romp-e, con experiencia de más de 18 años en BBVA, los últimos 10 en puestos directivos, “un escenario cercano al pánico, como el actual, se construye por la confluencia de varios factores en un momento concreto. Todos ellos señalando, de manera bastante clara para cualquier observador interesado, un rasgo fácil de identificar”, nos cuenta.
Ahora mismo hay “Debilidad. De generación de ingresos. En particular, banca de inversión. De liderazgo. Numerosos cambios en el equipo directivo, en un plazo corto de tiempo. De control de riesgos. Precisamente, la esencia del negocio bancario. Concretada en la perspectiva externa, que se expresa a través de la cotización actual de los CDS y títulos de la compañía, y la interna, con la presentación de un ¿nuevo? plan estratégico a final de este mes de octubre. Y se percibe como inseguridad. La cuerda en casa del ahorcado. Si analizamos el comportamiento histórico de los actores que interactúan en la industria financiera (inversores, clientes, reguladores,...) ante situaciones similares”.
¿Pueden otras entidades contagiarse?
“La siguiente que se encuentra en el punto de mira es Deutsche Bank. En el caso de la entidad germana sus acciones pierden más de un 35% en el año en curso y siempre ha merodeado la sombra de los problemas de liquidez. Ya en 2016 se hablaba de que pudiera ser el siguiente Lehman. No obstante, la importancia del banco alemán hace que el Estado esté pendiente de todos los movimientos para actuar en caso de necesitarse. En el hipotético caso de que Credit Suisse cayera, algo aún bastante improbable, las instituciones saldrían para evitar un colapso financiero. DB lleva tiempo en reestructuraciones y le está costando encontrar el camino de la rentabilidad”, detalla el experto en Mercados Héctor Chamizo.
Mismo mensaje que lanza Jesús Porro, experto en inversiones, “Deustch Bank es el otro banco en una situación parecida o de riesgo elevado”. Además, preguntado sobre qué esperar ahora que está contra las cuerdas la entidad nos cuenta que debemos mirar un escenario incierto. “Volatilidad. En estos escenarios con tanta incertidumbre y donde cualquier noticia puede encender la chispa lo único seguro es volatilidad en la cotización, bandazos para arriba y bandazos para abajo como sobre reacción a cualquier noticia”, nos cuenta a Diario AS.
“Volatilidad. En estos escenarios con tanta incertidumbre y donde cualquier noticia puede encender la chispa lo único seguro es volatilidad en la cotización, bandazos para arriba y bandazos para abajo como sobre reacción a cualquier noticia.
Para Oyarbide Mendieta, “por ejemplo, en el fiasco de Archegos se pudo observar la diferente reacción de otras entidades presentes en el negocio de inversión y gestión de activos. ¿Por qué ante la misma situación, unas entidades son capaces de decidir y actuar con agilidad y otras, en este caso Credit Suisse, no? ¿Debilidad del ambiente de control? El miedo es libre y, como también hemos hecho referencia, el dinero es miedoso por naturaleza. En este sentido, en función del avance de la situación para Credit Suisse podremos observar el comportamiento de otras entidades, particularmente en sus estrategias de comunicación a inversores, clientes, reguladores...”
Qué harán los pequeños y los grandes clientes
“Ambos sufrirán la volatilidad y los bandazos del precio. Los pequeños tienen fácil siempre salir de una posición pero les cuesta mucho asumir las pérdidas así que suelen aguantar sin hacer nada. Los grandes por el contrario tienen complicado deshacer o salir de una posición e imagino que se mantendrán en el valor hasta el final intentando cubrir su posición con derivados o CDS”, nos explica Porro.
Qué son los CDS
“Los Credit Default Swaps (CDS), que son una especie de seguro para inversores para protegerse de un posible impago de la deuda de Credit Suisse, pueden escalar hasta su nivel más alto desde la crisis financiera del 2008. El mercado, ahora mismo, cifra las posibilidades de quiebra de la entidad en más de un 20%”, añade Chamizo.
“El problema de la entidad es que ha de hacer frente a un riesgo de liquidez, por lo que va a tener que reestructurar su negocio. El banco podría necesitar recaudar unos 4.000 millones de dólares de capital incluso después de vender algunos activos para financiar cualquier reestructuración o esfuerzos de crecimiento. Se cree que a finales de este mes, cuando presente su nueva estrategia, podría anunciar un ajuste de plantilla de 5.000 trabajadores y una ampliación de capital. Mientras esto sucede, sus acciones se desangran en bolsa cada vez más, pues pierden ya más de un 61% desde principios de año, lo cual agrava su situación”, detalla.
¿Dejarán caer a Credit Suisse?
“No creo, la crisis hoy en día toca todos los sectores e industrias prácticamente y no se parecen en nada al escenario de la caída y quiebra de Lehamn Brothers y Bearn Stearns en 2008″, finaliza Jesús Porro.
“Por poder, puede. Ahora mismo, no parece que estamos muy alejados de poder asistir a este evento. Desde mi punto de vista, la pregunta sería ¿Le van a dejar caer? El escenario actual difiere significativamente respecto del existente en 2008. Prácticamente desde cualquier perspectiva. Ni el ciclo económico precedente es expansivo, ni los factores que originan la crisis actual son semejantes, ni el diagnóstico es equivalente, ni el escenario geopolítico y, sobre todo, social comparten similitud”, detalla Oyarbide Mendieta.
“Adicionalmente, este caso es una entidad individual cuyas líneas de negocio principales no se ocupan de lo que se conoce como banca minorista. La gran mayoría de particulares, negocios y empresas. Factor crítico en la etiquetación de una entidad como sistémica. En este contexto, parece razonable prever una probabilidad mayor de que Credit Suisse no cuente con apoyos institucionales”, finaliza el fundador de Romp-e.
En lo que va de año, la entidad financiera acumula un descenso del 60% del valor de sus acciones y su capitalización está entorno a los 9.942 millones de dólares; hace un año era de 22.300 millones de dólares. Goldman Sachs revisó recientemente a la baja la valoración de la compañía aunque ve señales positivas. Los inversores se están yendo poco a poco.