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La laguna permanente de Doñana se seca

La laguna permanente más grande del parque nacional “ha quedado reducida a un pequeño charco en el centro, donde ya no acuden las aves acuáticas”, ha alertado el CSIC.

Actualizado a
Parque Nacional de Doñana
CSIC

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha alertado, en un comunicado, de que la laguna de Santa Olalla, la laguna permanente más grande de Doñana y la última que ha mantenido agua en agosto, ha terminado por secarse.

Desde el CSIC detallan que la laguna “en estos días ha quedado reducida a un pequeño charco en el centro, donde ya no acuden las aves acuáticas”. Se trata de la primera vez que esto ocurre desde el año 1995.

Doñana ha sido históricamente un refugio para la fauna. Cuenta con un importante sistema de lagunas, de las que solo unas pocas se mantienen con agua todo el verano. Las mismas ofrecen refugio a las primeras aves limícolas que migran al sur tras criar en el norte de Europa y constituyen los hábitats de un buen número de especies de flora y fauna estrictamente acuáticas. Además, en verano los arrozales también ofrecen un importante refugio.

Sin embargo, “las cosas han cambiado. A Doñana ya no le quedan lagunas permanentes mientras que la superficie de arrozal plantado este año es una tercera parte de la normal debido a la falta de agua”, lamenta Eloy Revilla, director de la Estación Biológica de Doñana-CSIC.

La sobreexplotación del acuífero, una de las causas

La sobreexplotación del acuífero es uno de los motivos por los que se ha llegado a esta situación. Las lagunas están afectadas principalmente por las captaciones de agua de la localidad costera de Matalascañas, a la que llegan decenas de miles de turistas en verano.

Según los datos publicados por el INE a 1 de Enero de 2021, Matalascañas cuenta con 2.578 habitantes censados. Sin embargo, en la temporada estival llegan a congregarse hasta 100.000 personas.

Ello provoca que el consumo de agua aumente de forma exponencial. “El efecto del consumo de agua por los turistas es tan intenso que los piezómetros -los sondeos que miden la profundidad a la que se encuentra el nivel de agua del acuífero-, detectan las diferencias entre los días de diario y los fines de semana, cuando el consumo es mucho mayor. Incluso identifican la diferencia entre el día y la noche, cuando la gente duerme y gasta menos agua”, resaltan desde el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Eloy Revilla señala que “es la tercera vez que la laguna de Santa Olalla se seca completamente desde que tenemos registros. Ocurrió también en 1983 y en 1995, en ambos casos coincidiendo también con períodos de sequía intensa”.

Una sequía que, advierte el experto, no se trata de un hecho aislado: “Hace ya años que no llueve de manera normal. Doñana lleva diez años consecutivos con niveles de precipitación inferiores a la media”.