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Un experto sugiere una respuesta a los sonidos grabados en el Pacífico en 1982: el “Bio-Duck” podría ser una conversación

El investigador Ross Chapman ha presentado un estudio que analiza los sonidos grabados en el Pacífico con una hipótesis que sugiere que sería parte de una conversación.

Un experto sugiere una respuesta a los sonidos grabados en el Pacífico en 1982: el “Bio-Duck” podría ser una conversación
Pixabay

En julio de 1982, investigadores de la Universidad de Victoria (Nueva Zelanda) registraron sonidos no identificables como parte de un experimento para caracterizar el paisaje sonoro de la cuenca del sur de Fiji. Los sonidos consistían en breves ráfagas que se parecían a un graznido, lo que inspiró el nombre del mismo como “Bio-Duck”.

Más de cuarenta años después, la Sociedad Acústica de América (ASA, por sus siglas en inglés) aporta nuevos datos sobre estos extraños sonidos captados en el Pacífico.

“El sonido era tan repetible que al principio no podíamos creer que fuera biológico”, dijo el investigador Ross Chapman. “Pero al hablar con otros colegas de Australia sobre los datos, descubrimos que se escuchaba un sonido similar con bastante frecuencia en otras regiones de Nueva Zelanda y Australia”.

Llegaron al consenso de que los sonidos parecían ser biológicos

Sin embargo, según explica la web especializada en temas científicos The Brief, Chapman y sus colegas descubrieron que ellos no eran los únicos que escuchaban estos sonidos: otras personas ya los habían detectado en las aguas costeras alrededor de Nueva Zelanda y Australia. Aunque las teorías sobre su origen variaban, una cosa parecía clara: la fuente de los extraños “cuacks” parecía provenir de algún tipo de animal vivo.

Chapman, que lleva involucrado en el estudio desde 1986, presentó los datos el pasado 21 de noviembre. “Descubrimos que los datos contenían una mina de oro de nueva información sobre muchos tipos de sonidos en el océano, incluidos los sonidos de los mamíferos marinos”, afirmaba el investigador.

Además, según indica la ASA, “hay que tener en cuenta que este tipo de estudio del ruido oceánico estaba en sus inicios en aquella época. Al final, cada día aprendíamos algo nuevo sobre el sonido en el océano a medida que analizábamos más a fondo los datos. Fue una época realmente emocionante para nosotros”. Pese a los avances, nunca se han identificado de manera concluyente los sonidos. Existen teorías de que los sonidos fueron producidos por ballenas minke antárticas, ya que los sonidos también se registraron en aguas antárticas en años posteriores, pero no hubo evidencia independiente de avistamientos visuales de las ballenas que emitían los sonidos en los datos de Nueva Zelanda.

La hipótesis de Chapman: una conversación

Chapman cree que los sonidos podrían ser una conversación. Los datos fueron grabados por una antena acústica, un conjunto de hidrófonos que fue remolcado detrás de un barco. La singularidad de la antena permitió a los investigadores identificar la dirección de donde provenían los sonidos.

“Descubrimos que normalmente había varios hablantes en distintos lugares del océano y todos ellos emitían esos sonidos”, explicó Chapman, quien además añadió que “lo más sorprendente fue que cuando un hablante hablaba, los demás se quedaban callados, como si estuvieran escuchando. Luego, el primer hablante dejaba de hablar y escuchaba las respuestas de los demás”.

“Quizás estaban hablando de la cena, tal vez eran padres hablando con sus hijos, o tal vez simplemente estaban comentando sobre ese barco loco que no paraba de ir y venir remolcando esa larga cuerda detrás de él”.

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