La herramienta que permite detectar el cáncer en personas asintomáticas
Aunque aún le falta camino para que sirva como cribado poblacional y así evitar falsos positivos, el uso de la biopsia líquida puede resultar esperanzadora para adelantar el diagnóstico oncológico de los pacientes.
Siempre son importantes las revisiones con nuestro médico y poner un énfasis especial en comprobar, de vez en cuando, que no hay nada anómalo o extraño en nuestro cuerpo que antes no nos habíamos visto. Cuando se trata de cáncer toda precaución es poca ya que dependiendo en la fase en la que se detecte la enfermedad las probabilidades de recuperación varían de más a menos.
Por ello, nuestros científicos siguen avanzando en su investigación para poder detectar el cáncer antes de que lo diagnostiquen. En este caso, la herramienta que permite verlo venir es la biopsia líquida, que encuentra trazas biológicas del tumor en sangre o incluso otros fluidos que funciona también en personas sanas. El método de extracción de la sangre es idéntico al de una analítica convencional.
Según un estudio de la revista The Lancet hay más evidencia del potencial de la biopsia, por ejemplo, en la detección antes de tiempo en personas asintomáticas. Sin embargo, los expertos han alertado que aún queda camino por recorrer antes de servir como cribado poblacional ya que puede causar falsos positivos o sobrediagnósticos.
Mediante este nuevo método los oncólogos pueden obtener información de gran importancia a través de técnicas mínimamente invasivas: la presencia de la información, si funciona el tratamiento o si, por el contrario, genera resistencias. “La biopsia líquida tiene muchas aplicaciones”, explica Ana Vivancos jefa, del laboratorio de Genómica del Cáncer del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO).
“En el escenario metastásico la usamos para monitorizar mutaciones, ver si el paciente responde a la terapia o te está progresando y cómo lo va a hacer: la dinámica del ADN tumoral en sangre te informa de lo que pasa a nivel clínico en el paciente. También se está empezando a usar en el escenario quirúrgico: sabemos que si operas un cáncer de colon y al cabo de una o dos semanas le sacas una muestra de sangre y hay ADN tumoral, a ese paciente no lo has curado; y si lo tratas con quimioterapia tras la operación y después desaparece el ADN tumoral en sangre, lo has curado, pero si todavía hay, te va a recaer”, argumenta Vivancos.
Este método prueba la “viabilidad clínica”
En la investigación que ha publicado en The Lancet hecha por científicos estadounidenses, de 6.600 pacientes que parecían sanos, en 92 de ellos se detectaron “señales” de cáncer, a 38 se les detectó el tumor, y otros 57 fueron falsos positivos.
“El ensayo detectó muchos tipos de cáncer para los cuales no existen pruebas de detección, incluidos algunos que se encuentran en etapas tempranas. Por ejemplo, se detectaron cánceres de las vías biliares, del intestino delgado, del páncreas y una neoplasia de células fusiformes en etapas tempranas susceptibles de resección quirúrgica. Es poco probable que estas neoplasias malignas letales hubiesen sido identificadas mediante exámenes físicos o exámenes de detección de rutina”
Aun con los casos de falsos positivos y negativos, la conclusión a la que llegaron los científicos fue que se demuestra la “viabilidad clínica” de este método. Eso sí, aún queda mucho por avanzar y se necesitará la realización de más estudios para así “investigar la seguridad, utilidad y eficacia clínica [de estas pruebas] como estrategia de detección del cáncer”.