Rafa Nadal, control y 11-0 con el cordaje antiguo
El tenista de Manacor probó otro encordado para buscar más potencia y un aterrizaje pesado de la bola. Pero ha vuelto al RPM Blast en el Mutua Madrid Open.
Rafa Nadal ya galopa en octavos de final del Mutua Madrid Open a lomos de una racha de victorias (11-0, la mejor de Nadal desde 2013), que arrancó en Montecarlo, después de abandonar en su debut en Miami ante el bosnio Dzumhur, bajo el peso de un golpe de calor.
Curiosamente, esa buena racha y las buenas sensaciones que regresan y a las que Nadal alude constantemente... se han producido después del regreso a su cordaje de siempre: el RPM Blast, homogéneo y de monofilamento de poliéster (Federer, Djokovic y Murray juegan con híbridos), que Babolat perfeccionó en 2011 para añadirle más efectos, desde su versión de 2010. A principios de año, en Doha, y con vistas al Abierto de Australia, Nadal —que encuerda a 25 kilos su raqueta Babolat AeroPro Drive, un modelo casi de club— intentó buscar algo de más potencia con el cambio al Luxilon Big Banger Original: que generaba un aterrizaje más violento de la bola.
En Doha (finalista) no le fue del todo mal a Rafa, pero el fallo en el evento australiano de Grand Slam (KO ante Verdasco en primera ronda) y los discretos resultados en Buenos Aires y Río hicieron que el tenista regresara al superior control y confianza de su cordaje antiguo... que volvió a retomar en Indian Wells. Justo allí, Rafa reencontró picos de su mejor tenis y llegó a semifinales. Y ahora navega en ese 11-0. “Hemos seguido trabajando como lo hemos hecho toda la vida y no nos ha salido mal durante todos estos años. Por eso, ¿por qué vamos a cambiar más de la cuenta”, se preguntaba el martes el propio Toni Nadal.