Luis Enrique y la cultura de club

Osasuna - Barcelona en directo

Al entrenador del Barça no hay que pedirle que se lleve bien con la prensa. Hay que pedirle que gane títulos (y en eso Luis Enrique lleva una hoja de servicios más que excelente) y que tenga cultura de club. En esto último flaquea el asturiano, al que en determinados momentos le puede más el ‘yo’ que el ‘nosotros’.

Cuando respondió al final de la rueda de prensa que “no puedo asegurar que Messi renueve con el Barcelona” Luis Enrique estaba hablando con alma de tertuliano ante un medio al que le tiene inquina. Seguramente, Luis Enrique no piensa lo que dijo, pero le pudieron más sus ganas de menospreciar la pregunta que apoyar el mensaje institucional, que va en sentido absolutamente contrario. Un pecado de soberbia o de ira, según como se mire. En todo caso, en la directiva cuando le escucharon debieron pensar como Carlos Sainz: “La cagamos, Luis”. Una negociación que tenía que ir como una seda recibe el primer torpedo desde casa. Luego, todo es matizable, pero esa respuesta no aportó nada bueno al club. Aportó un engorde de ego al técnico.

No es la primera vez que Luis Enrique se deja ir por lo inmediato. En la gestión de los jóvenes de la cantera, también ha preferido el rendimiento inmediato de fichajes de fuera antes que tener paciencia con jugadores con los que el club había invertido muchos años, muchos técnicos y mucho cariño. Casos de Bartra, Deulofeu, Munir, Sandro o Adama, que tras una vida en el fútbol base se vieron reemplazados por otros a los que se les suponía rendimiento inmediato y que llegaron a un altísimo coste. Una de las atribuciones ineludibles del técnico del primer equipo es pensar en el legado y tener cultura de club. Luis Enrique lo está haciendo bien, pero a veces, levantar la vista y mirar al horizonte no es necesariamente malo.