Busquets, Guardiola y Luis Enrique

Sergio Busquets soltó ayer una de esas frases que provocan un titular jugoso, al contestar que sólo se iría del Barça si se lo pidieran Guardiola o su mujer. Enseguida añadió que está seguro que ni una ni otro le pedirían tal cosa, pero la frase ahí queda. Posiblemente eso contribuyó al malhumor de Luis Enrique en la conferencia de prensa de ayer, en la que estuvo particularmente lacónico. Busquets, al fin y al cabo, estaba diciendo que Guardiola tiene más ascendiente moral sobre él que su actual entrenador. Aunque la intención quizá no fuera esa, la verdad es que le puso toda una banderilla.

Alguien que sabe mucho más que yo del Barça me descodificó el mensaje. Lo que Busquets tiene es una renovación apalabrada, pero pendiente. Y las circunstancias le permiten tener la sartén por el mango y el mango también. El curso de la temporada le está presentando como uno de los grandes imprescindibles del equipo. Cada vez que descansa se nota. Y eso de Guardiola, Soriano y Txiki juntos en el Manchester City sugiere un ámbito que le acogería bien. Para sentirse como en casa, vamos. De modo que el Barça tendrá que apretar en la renovación, y más después de este guiño.

El Barça anda apurado en la ‘ratio’’ ingresos-gastos-deuda de obligado cumplimiento. Por eso se ha quedado Luis Enrique sin Nolito, y bien que ha insistido en su fichaje. Pero la impresión es que bastantes problemas va a tener el Barça con las renovaciones (se avecina la de Neymar, que será de aúpa) como para pensar en fichajes. Y China apretando, con casos como el de Arda y Alves. Aunque, quién sabe, quizá una salida de Alves, ahora que cubren el puesto Aleix Vidal o, a falta de él, Sergi Roberto, pudiera ser un alivio oportuno. Pero la cosa viene dura. El precio del futbolista sigue subiendo.