Fichando primeras opciones

Situémonos: 23 de mayo, acaba la Liga. Y le dices a tu portero titular que no le quieres. El Levante rechaza a Mariño tras el no ascenso del Valladolid a Primera, cuando podía salir libre, pero no le valía. Desde entonces, o desde cuando lo tuviera decidido el director deportivo, se buscaba portero. Porque, además, entre otras cosas, tampoco te valían los otros dos que tenías. Y, al margen del fichaje de Rubén, se llega al último día de mercado para terminar fichando al portero que no quisiste y no te valía. Con el añadido de que lo tenías gratis y acabas pagando un traspaso. ¡Ah! Y como no te valía, le das tres años de contrato. Olé. Supongo que en la presentación se seguirán congratulando de fichar las primeras opciones.

Ésa es la gestión de este Levante. Que el verano que se supone era para dar el salto de calidad se iba a sacar la chequera, ha sido para pagar tres millones por un portero que no querías, un central de Segunda, Trujillo, y una moneda al aire como Deyverson. Y cuatro tíos a los que has dicho que no quieres, sin salir.