“¡La tiene Xavi, disfrutemos!”

El jugador más importante. Ha habido otros figurones, ensalzados por cierto periodismo casposo, pero la realidad sobre la figura de Xavi es abrumadora. Nadie ha sido tan valioso, indispensable y fundamental para que la Selección llegara a ser lo que ha sido. Desde su puesto de navegante fue repartiendo juego, integrando al resto de compañeros en la pócima que cocinaba con la cabeza y los pies. Realmente nos iba metiendo a todos en la coreografía porque los aficionados, a través de la televisión y la radio, íbamos cambiando de banda y de velocidad según decidía aquel muchacho con el ocho a la espalda. La tenía Xavi y empezábamos yendo a la derecha, luego tocábamos al centro, hacíamos una ruleta para dejar atrás a dos rivales y tirábamos a la izquierda, una pared, un recorte, un pase filtrado, una recuperación, un apoyo y de nuevo toque a la banda para empezar otro baile. ¡Era una sinfonía! El Barça y la Selección crecieron al ritmo de Xavi, instaurando un estilo indeleble que asombró al mundo. En su enorme trayectoria ha habido pocos lunares, algún careto en el último Mundial y ciertas rabietas públicas con el Madrid, pero es imposible que empañen el reconocimiento unánime a un futbolista maravilloso. ¡Honores al hombre que ha pilotado el fútbol en este inicio de siglo! La tiene Xavi, disfrutemos.

El casting de Florentino. Asumida la salida de Carletto, pronosticada y razonada en esta columna la semana pasada, Florentino Pérez ha revolucionado el bazar de los entrenadores. ¡Vaya chollo hacerse cargo del Madrid tras un año en blanco! Pero el elegido, aparte de las necesarias relaciones públicas, tiene que dar la talla evolucionando tácticamente el equipo y afilando un vestuario desbravado los últimos meses. Luego está el embrollo Casillas, un laberinto sin solución que condiciona muchísimo cualquier nuevo planteamiento. Y finalmente tenemos a “Messi Reloaded” y al “Barça del Tridente” que amenazan con tener a Cristiano mal encarado durante bastante tiempo. Así que Benítez va a tener mucho que currar.

Luis Enrique se quedará. “Me gustaría que este título fuera el inicio de un ciclo” A Lucho se le iluminó la cara un instante tras salir campeón en el Calderón. Por primera vez en mucho tiempo pareció sentimental y no se mostró duro y retador ante los medios. Los triunfos han rebajado algo la tensión interior del entrenador, un hombre atormentado, y la que mantenía con algunos de sus jugadores. El ambiente, que durante meses se cortaba con un cuchillo, ahora fluye mejor y es al menos respirable. Falta el abrazo público con Messi en una celebración. Esa será la prueba definitiva de que el líder ha perdonado a su entrenador y acepta que siga una temporada más en el banquillo.