¿Perderé mi apuesta sobre Alonso y Sainz?

Me gusta bastante poco apostar. Desde luego que nunca dinero, mi límite se queda en algún menú del día con amigos o compañeros. Al inicio de esta temporada acepté un desafío que me lanzaron porque tenía clarísimo que lo ganaría: pronostiqué sin dudar que Alonso tendría, al final de la temporada de Fórmula 1, más puntos con el McLaren que Carlos Sainz con el Toro Rosso. Un bicampeón mundial en una escudería de leyenda frente a un novato con un coche de segunda. ¿Cómo iba a perder? Pues por eso mismo no soy de apostar… Ahora voy camino de una derrota que no me duele por mi desacierto, desde luego tampoco por el excelente arranque de año del madrileño, sólo lo lamento por el desastre que significa para el asturiano. Inesperado para mí a todas luces, por mucho que el proyecto del equipo de Woking junto a Honda fuera arriesgado.

La pretemporada sembró muchas incertidumbres y las primeras carreras del año confirmaron el desastre. En febrero pidieron tiempo hasta el arranque del Mundial en marzo, después hablaron de Montmeló en mayo, más delante de Silverstone en julio y ahora parece que nadie en McLaren confía ya ni siquiera en conseguir un podio este año, excepto que los astros se alineen en su favor. Así que a poco que Sainz mantenga su tendencia es más que posible que acabe el campeonato con más puntos que Alonso. Yo habré perdido pero sobre todo me tocará digerir una enorme decepción. Al igual que no esperaba que el tercer título español en la Fórmula 1 llegará en 2015, tampoco imaginaba semejante hecatombe. ¿Se trata, entonces, de una apuesta a largo plazo? No me hablen de apuestas en mucho tiempo…