Torres: el Niño vuelve hecho un hombre

El Niño Torres vuelve al Atlético, a cambio de la marcha de Cerci al Milán y a través de una embrollada operación económica que no sé si nos explicarán del todo bien. Viene como cedido por el Chelsea, aunque como su contrato allí termina en 2016 podemos dar por hecho que no volverá a Londres. Con todo, el coste de la operación será bastante serio, aunque espero que no tanto como para que el Atlético no pueda convencer a Tebas de que cumple con la famosa ‘ratio’. Pero eso aparte, hay algo de hermoso guiño sentimental en este regreso navideño de Torres a la que siempre sintió como su casa.

Torres apareció en el Atlético en los momentos más difíciles que se le recuerdan: en Segunda y con el Madrid fichando galáctico tras galáctico y redibujando la ‘skyline’ de la ciudad con sus torres, otras torres. En esas condiciones, cada niño heroico que optó por el Atlético lo hizo por la presencia de Torres. Fue bandera de orgullo en tiempos de desolación. Cuando se fue, había dejado esa siembra. También dejó un dinero en el club que permitió traer a Forlán y otros refuerzos más. Y no se olvidó del Atlético: en sus celebraciones con La Roja lucía la bandera rojiblanca. Fue la cuota atlética en ese ciclo feliz.

El Niño vuelve ahora hecho un hombre. Ha jugado en el Liverpool y en el Chelsea. Ha sido traspaso récord en Inglaterra, ha ganado Champions, Europa League, dos Eurocopas y un Mundial. Y dos balones de bronce. Vuelve con 30 años a un Atlético que es más que el que dejó... y él es ahora un suplente del Milán. Pero vuelve por petición expresa de Simeone y llega, me aseguran, cargado de fe. Hay antecedentes malos de regresos así, los de Futre y el propio Simeone, que mueven a la duda. Ya veremos qué pasa en este caso, pero de momento el derbi del día 7 adquiere una magia especial.