Rehabilitación... con matices
El Sevilla frenó la caída con cuatro goles (Jovetic, Sarabia, Correa, Ben Yedder) al Depor, que sólo respondió con Kakuta. Los de Sampaoli alejan al Villarreal y se acercan al Atlético.
Después de cinco partidos sin ganar, el Sevilla frenó su caída y se rehabilitó parcialmente. Ganó ante un Depor frágil en defensa, se acercó al Atlético y alejó el fantasma del Villarreal, al que ya veía por el retrovisor. Pero siguió dejando grandes interrogantes en su juego. El partido se resolvió en un carrusel de goles dispersos en una primera parte inconexa, pero entretenida para el espectador, que ya terminó 3-2. Los goles dijeron más de los males que asuelan a los dos equipos que de sus virtudes.
La banda derecha del Deportivo, castigada más todavía por la lesión de Juanfran, fue una autopista para el Sevilla. Por ahí llegaron los tres goles locales. El 1-0 después de un desmarque sobresaliente de Jovetic que fue el más listo de la clase. El 2-1 en una rebote oportunista de Sarabia, uno de los mejores sobre el césped. Y el 3-2 con un cabezazo de Correa. A los dos primeros golpes del Sevilla sólo había respondido Kakuta.
Paradójico que el día del homenaje a Monchi fuese el francés, uno de sus pocos fichajes frustrados, quien se marcase una primera parte descollante con un recital de detalles técnicos y dos goles fantásticos. Uno de disparo cruzado y otro de falta directa con un gran golpeo de empeine a la escuadra izquierda de Rico.
En la foto de los goles visitantes estuvo Pareja. Habitualmente fiable, sus dudas y su estado físico deficiente son el reflejo de las dudas del Sevilla, en el que sí se elevaron Sarabia, incansable, y Escudero, una flecha en la izquierda.
El Depor se quedó sin respuestas después del 3-2 pero el Sevilla, nada sobrado de gasolina, no fue capaz de liquidar el partido. Iborra y Ben Yedder fallaron goles cantados y el partido avanzó hacia el final sin definir. Mientras Mel metía a Andone para intentar que pasase algo en el partido, al Sevilla le entraron los miedos. Hubo murmullos en Nervión hasta que, al fin, Ben Yedder cazó un balón en el área y picó ante Lux. Sampaoli se liberó y el Sevilla, al fin, respiró hondo. Su fútbol ha perdido ángel pero necesitaba una sonrisa y la consiguió. Todo lo contrario que el Depor, obligado a seguir remando. Pero, sobre todo, a mejorar unas preocupantes grietas defensivas.