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CRISIS EN LA FIFA

Joseph Blatter pone su cargo a disposición del Congreso FIFA

Paso al costado de Blatter acosado por el FBI y señalado por su alianza con Vladímir Putin. El FBI está buscando el nexo del presidente con un pago de 10 millones de euros.
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Joseph Blatter, en la rueda de prensa.
Joseph Blatter, en la rueda de prensa.

Joseph Blatter puso ayer su cargo a disposición de un próximo Congreso de la FIFA que deberá celebrarse entre diciembre de 2015 y marzo de 2016, según dijo el italiano Domenico Scala, presidente de la Comisión Electoral del organismo. El anuncio de la renuncia de Blatter se produce solo cuatro días después de ser reelegido en Zúrich para su quinto mandato, que debía prolongarse hasta la primavera de 2019.

¿Qué ha cambiado en poco más de 72 horas para que Blatter haya pasado de la euforia tras su reelección al abatimiento tras su renuncia? La pregunta tiene una respuesta evidente: Lo primero, la presión internacional por parte de los dirigentes de las grandes potencias (Merkel, Cameron y Hollande se pronunciaron en su contra la semana pasada) por su alianza con Putin, sancionado por la Unión Europea por el conflicto de Ucrania. Lo segundo, el aliento en el cogote de Blatter por parte del FBI que, a instancias de la Fiscal General de Estados Unidos, Loretta Lynch, ha iniciado la busca y captura por todo el mundo de algunos de sus más estrechos colaboradores durante los últimos años, entre ellos tres vicepresidentes de la FIFA, por asociación para delinquir, blanqueo y fraude. Y por último, la amenaza de los grandes patrocinadores de la FIFA de seguir inyectando dinero en una organización que consideran corrupta y a la que, por tanto, se niegan a unir su imagen. Resumiendo, Blatter tira la toalla por la política, la policía y el dinero. El dirigente suizo, de 79 años, tumbó a Ali, de 39, el pasado viernes pero no ha resistido mucho tiempo en el ring. La mano pesada del FBI le ha mandado a la lona.

Hundido. Sepp Blatter, que lleva cuarenta años en la FIFA (los 17 últimos como presidente) anunció que deja el cargo, pero no consumó. Organizará un próximo Congreso Extraordinario que culminará con un nuevo proceso electoral. Ahí ya no se presentarán perdedores. Michel Platini, el presidente de la UEFA, será uno de los candidatos... siempre que Blatter, que ya en las penúltimas elecciones dijo que no se presentaría más y luego se desmemorió, no pegue un doble mortal con tirabuzón y en ese próximo Congreso, al que espera llegar limpio de polvo y paja por parte del FBI, busque ser reconfirmado por aclamación. Sería la repanocha, pero cosas más raras se han visto. El problema para él es que el FBI no se lo va a poner fácil.

Según las últimas informaciones, el folio 112 del informe que maneja la fiscal Lynch detalla un soborno de diez millones “que fue a parar a una única persona”. Se hizo en tres transferencias bancarias de la misma cantidad en enero, febrero y marzo de 2008. El New York Times citó a Valcke, secretario general de la FIFA en ese asunto. Ayer, la FIFA primero salió en defensa de Valcke, luego reconoció el pago de los diez millones (que le descontó a Sudáfrica por el Mundial 2010 y reenvió a Sudamérica vía CONCAFAF-CONMEBOL) y finalmente le echó la culpa del trámite a Julio Grondona, ya fallecido. Cuatro horas después, vencido y desarmado, Blatter anunció lo que anunció.

Fuentes de toda solvencia citadas “bajo condición de anonimato” por la CNN, ABC y NYT dijeron anoche que “Blatter está siendo investigado por el FBI” y que esperan conseguir “testimonios inculpatorios” entre los ya detenidos. “La FIFA es un gran queso gruyere”, repitieron ayer.