El colectivo más perjudicado por la pandemia es el de los ancianos. Y no solo porque la COVID-19 sea especialmente severa con ellos, sino porque son quienes más están sufriendo los estragos de una soledad derivada de las restricciones de movilidad y reunión. Casi no pueden salir de casa y sus familiares tampoco pueden acudir a verlos, algo que no debería ser un problema en una sociedad tan avanzada, ya que existen muchos medios para hablar con nuestros seres queridos. Pero las personasmayores no suelen llevarse bien con la tecnología, por lo que contactar con ellos puede ser una práctica casi imposible. Sin embargo, el ingeniero informático burgalés Manuel Lucio, de 35 años, ha encontrado una ingeniosa solución.

Su abuela, de 96 años, vive en Burgos y, por culpa de los cierres perimetrales, no puede ver a su familia, que se encuentra repartida por Oviedo, Bilbao y Madrid, según recoge El País. Además, se frustra cada vez que quiere hablar con alguien porque no se maneja bien con el móvil para llamar y no oye muy bien, explica Manuel, mientras que escribir en WhatsApp tampoco es una tarea fácil para ella. Por eso, el joven creó el ‘Yayagram’, una pequeña caja de mandos que tiene incorporados un micrófono y una impresora con papel térmico. “¡Hola mundo, te presento el Yayagram! Un dispositivo que ayuda a los más mayores a comunicarse con sus nietas y nietos. ¿Cómo? ¡Abro hilo con los detalles del cacharro!”, escribió Manuel en su cuenta de Twitter para presentar su invento.

Así funciona ‘Yayagram’

El Yayagram tiene dos funciones fundamentales, según señala Miguel: Por un lado, con solo pulsar un botón, el dispositivo puede mandar audios por Telegram. “Para el envío de mensajes de voz lo primero es elegir al nieto o nieta al que mandar el mensaje, ¡o a todos a la vez! La selección se hace con un Jack a lo ‘Chicas del Cable’” explica. Para facilitar la selección, el “cacharro” tiene varias etiquetas para cada uno de los contactos, de manera que se puede escoger a quién mandar un audio cambiando el cable de sitio. Enviar un audio por Yayagram es similar a hacerlo por Telegram, pero con la diferencia de que aquí es analógico: “Mantienes pulsado el botón rojo, hablas, sueltas y se envía el mensaje”. Además, hay tres LEDS que indican que el Yayagram está encendido, conectado a Telegram y que se está grabando un mensaje.

La segunda función del dispositivo es recibir mensajes e imprimirlos físicamente en papel térmico. “¿Y qué pasa cuando envías un mensaje de Telegram a la Yaya? ¡Pues que el Yayagram lo imprime en papel térmico para que ella lo pueda tocar y leer!”, detalla Manuel.

¿Cómo se ha fabricado?

Por otra parte, Manuel también ha compartido en su hilo de Twitter cómo fabricó el aparato para que otros usuarios puedan hacerlo y regalárselo a sus abuelos. En concreto, ha realizado el proyecto con el lenguaje de programación Python, una Raspberry Pi 4 y varias librerías de código sobre Telegram. Todo ello sin tener que realizar un gran desembolso, pues la impresora ha costado unos 30 euros, los cables y conectores 10 euros, el micrófono 6 euros y el “cerebro del cacharro” otros 30 euros, que es el precio de una Raspberry.

Asimismo, ha aclarado que no ha usado WhatsApp “porque era tremendo pitote usar WhatsApp Business, muy complicado y es de caralibro”, en referencia a Facebook. También ha compartido una serie de consejos para aquellos que se animen a construir su propio Yayagram o Yayogram. Él, sin duda, ha quedado muy orgulloso con su obra porque va a ayudar a su abuela: “Creo que el Yayagram le da independencia de poder comunicarse con todas sus nietas”.