Alexey Shved plantó a los Knicks el pasado verano para regresar al Viejo Continente. El base ruso firmó con el Khimki el contrato más alto de toda Europa, más de tres millones de euros por temporada. Algo que a él no le preocupa. "A mí me toca jugar. Sólo quiero hacerlo bien y ganar, es lo único que tengo en mente", dice Shved en una entrevista concedida a Eurohoops.

El base, que jugó tres temporadas en la NBA (los dos primeros años en Minnesota y el último en Philadelphia, Houston y Nueva York), habla también sobre las diferencias entre ambos baloncestos. "La diferencia no es tan grande como hace tres o cuatro años. En Europa hay grandes jugadores ahora y el nivel está continuamente creciendo. El estilo sí que es completamente diferente al de la NBA, pero a medida que pasa el tiempo, la Euroliga se acerca más a la NBA".

Con los Knicks promedió 14,8 puntos, 4,6 rebotes y 3,6 asistencias, pero vivió en sus carnes el estar en una franquicia perdedora. El equipo neoyorkino firmó su peor temporada de siempre (acabó con un balance de 17-65) y con él terminó 6-19 en los 25 partidos que disputó. "En la NBA hay 82 partidos y puedes perder unos cuantos, no importa. En la Euroliga, no obstante, y especialmente en el Top-16, si pierdes un partido puede quedarte atrás. Cada encuentro es importante", dice Shved. El Khimki es uno de los cinco equipos que llegaron a esta jornada empatados a seis triunfos. Le quedan dos partidos: Olympiacos en casa y el Real Madrid a domicilio.