Jake Paul se confiesa antes de su pelea con Gervonta Davis
Paul muestra su lado más humano antes de enfrentar a Gervonta, quien lidia con nuevas acusaciones por violencia
Hay boxeadores que esconden sus sentimientos y su vulnerabilidad detrás de frases duras, amenazas o poses violentas. Para su próximo combate contra Gervonta Davis, Jake Paul decidió ponerlo sobre la mesa en una entrevista que concedió a TMZ. Si bien su rostro sonriente se mantuvo, el estadounidense dejó ver que hay sensaciones nuevas. Emociones que se han despertado y que busca domar compartiéndolas y también exprimiendo sus fortalezas en el gimnasio.
“Internamente, nunca antes había tenido tanto miedo antes de una pelea. Sentirme vulnerable por un segundo. Es una locura. Da miedo. Me quita el sueño”, sostuvo Paul.
Por mucho tiempo, Paul siempre ha tratado de ser un espejo de lo que provoca. Ese ha sido parte de su éxito. Mostrarse como es. Un joven que convirtió la exposición en oficio, que hizo del algoritmo su promotor. Pero el próximo 14 de noviembre, en el Centro Kesaya, sostendrá el pleito más complicado de su carrera sobre los encordados profesionales y eso lo ha llevado a buscar otras rutas.
Con 30 años de edad, Gervonta Davis sólo tiene un empate en su hoja de estadísticas. En marzo Davis bajó del ring sin el sabor de la victoria. Lamont Roach le complicó. Sin embargo, en las últimas horas enfrenta otros problemas legales.
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En una demanda civil presentada el jueves en el condado de Miami-Dade, Florida, Courtney Rossel, su expareja, lo acusó de agresión, secuestro y tres cargos adicionales por un presunto incidente ocurrido en la madrugada del lunes 27 de octubre. Según el documento, Davis entró al club nocturno donde trabajaba Rossel y la atacó. El reporte señala que la habría estrangulado, empujado y golpeado en la nuca. Son nuevas acusaciones que reavivan la imagen turbulenta del boxeador.
Shakur Stevenson, la brújula
Con la pelea en el alambre por la situación legal de Davis, Jake Paul no baja la guardia. Reveló que le llamó a Shakur Stevenson para mejorar. Stevenson ha tenido sus propios roces con Davis y que ahora acepta entrenar con Paul. Ambos se reunirán en los próximos días para diseñar una estrategia que suene improbable pero no imposible. Stevenson es lectura, ritmo, paciencia. Paul busca absorber algo de esa calma.
A su alrededor giran otros nombres, Raymond Ford y Montana Love, un entorno de boxeadores que lo entrenan tratando de pulir su talento. Paul anunció que bajará masa muscular para ganar velocidad. En un deporte donde muchos presumen poder, él busca ligereza.
“Voy a demostrar que mucha gente se equivoca”, dijo.
El nuevo lenguaje del boxeo
Jake Paul no se mueve dentro de la lógica clásica del boxeador. Su marketing es narrativo. Crea historias, no conferencias. Cada declaración es una pieza de contenido que se propaga sola. Pero algo cambió en esta ocasión. No habló de dinero, ni de récords, ni de grandeza. Habló de sentir miedo. Y en ese gesto hay un lenguaje distinto.
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Los viejos pugilistas lo ocultaban. El miedo era una grieta, una señal de debilidad. Paul lo convierte en discurso. Lo dice en voz alta, casi como si lo quisiera domesticar.
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