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CIUDADES CON PASIÓN | 8

Santa Ana, la cuna del fútbol salvadoreño

La gran pasión en El Salvador, el fútbol, dio sus primeros pasos en Santa Ana, segunda ciudad del país, ubicada 64 kilómetros de la capital.

Estados Unidos
Santa Ana, la cuna del fútbol salvadoreño

La Ciudad Heroica. Ciudad de libertad, de revolución, y de café. En Santa Ana nació la revolución que derrocó al dictador Carlos Ezeta, 'la rebelión de los 44', un momento definitivo que despidió el Siglo XIX salvadoreño y le abrió las puertas a un no menos tumultuoso Siglo XXI. La ciudad que gestó la caída de la dictadura, que se erigía desde los cuarteles infantería de Santa Ana, que ofrece homenaje a la revolución en su Parque Libertad y, no muy lejos de ahí, la estatua dedicada al Monseñor Óscar Romero, célebre sacerdote cuscatleco, defensor de los derechos humanos y enemigo de la guerra civil y la represión gubernamental, asesinado mientras oficiaba en la capilla del hospital de la Divina Providencia en San Salvador.

Apenas el país se sacudía del régimen de Ezeta, una semilla germinaba en Santa Ana. La del fútbol. Según el historiador Dr. Alejandro Gomez Vides, citado por la Federación Salvadoreña de Fútbol, el primer partido se disputó en la 'Ciudad Heroica'; precisamente, en el Campo Marte, el 26 de julio de 1899,. Los contendientes fueron un combinado de oriundos ciudad y otro que aglutinaba a jugadores de todo el país; ambos equipos incorporaron a inmigrantes ingleses, quienes llevaron el juego desde su tierra. El equipo local venció 2-0. En Santa Ana empezó todo pero no fue sino hasta 1923 cuando el primer equipo formalmente constituido en la ciudad fue fundado: el Azul y Blanco.

Sin embargo, una institución fue la que marcó para siempre a la ciudad a través del fútbol. Y no solo a Santa Ana, sino al país. El 16 de febrero de 1947, un puñado de equipos amateur de la ciudad decidieron fusionarse para crear un 'superclub' que ilustrara la amalgama entre el juego y la urbe. Unión, Cosmos, Ral, Colón, Los 44, Santa Lucía, Colombia y Juventud Bosconiana dieron origen a Futbolistas Asociados Santanecos, FAS. El club se convirtió en santo y seña del fútbol salvadoreño. Su mayor proveedor para la selección nacional, sus colores naranja y azul se extendieron en pasión por todo el territorio cuscatleco, conquista a conquista. Mientras los 'Tigrillos' recolectabas trofeos a mansalva, su prestigio crecía fuera de las fronteras; disputó partidos amistosos con el Barcelona, ganó la Concacaf Liga de Campeones en 1979 y enfrentó la Copa Interamericana frente a Olimpia de Paraguay. El culmen del balompié salvadoreño tiene al FAS como su protagonista.

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FAS

El área recreativa Finca Modelo fue donde comenzó a gestarse el amor de Santa Ana por el deporte. El complejo tenía canchas de fútbol, que albergaron al FAS en sus primeros años de existencia hasta la inauguración del Estadio Óscar Quiteño, recinto abierto, ovalado, las tribunas despegadas del campo de juego y pintadas de naranja y azul, suficientes para recibir los vítores y saltos de 17,500 aficionados. El estadio es el corazón de Santa Ana. La Finca Modelo, con el pasar de los años, pasó a ser el actual Polideportivo INDES: sede de pistas de atletismo para la práctica amateur y semi-profesional, un campo de juego de fútbol, dos arenas de baloncesto y un campo de béisbol. Además, hay pabellones para boxeo, tae kwon do, judo y gimnasia. El deporte universitario tiene en el Polideportivo su corazón.

La pasión no solo se remite al Óscar Quiteño. El Gimnasio Santaneco además de recibir competencias universitarias y partidos de fútbol sala, también es el hogar del Santa Ana de la Liga Superior de Baloncesto de El Salvador; su duela azul y su techumbre de pabellón es otro orgullo de la Ciudad Heroica.