Pablo Alborán confiesa en ‘El Hormiguero’ la realidad de su parón: “Hemos pasado por una quimioterapia”

Cuando Pablo Alborán confesó 12 meses atrás en El Hormiguero que precisaba realizar un parón explicó que había encadenado “años de mucho trabajo” y que necesitaba “barbecho, volver a escribir sin esa presión que te dan”; que, en definitiva, necesitaba estar con los suyos y descansar. No precisó cuánto tiempo iba a necesitar. Y hasta que no ha vuelto al formato de Antena 3 no se ha conocido el motivo real que se escondía detrás de tan certeras y misteriosas palabras.

Este miércoles ha acudido al programa presentado por Pablo Motos para presentar el material musical que ha nacido en este largo parón, Clickbait. Antes de entrar en el asunto puramente profesional, ha dado el de Requena paso a una explicación que el propio artista, aunque nervioso, sentía que tenía que dar. “La conversación que vamos a tener no es como las demás. Hace un tiempo dijiste que te tenias que marchar para acompañar a una persona de tu familia a vivir un momento vital que te ha cambiado la vida”, adelantó el presentador.

“La vida nos ha dado una segunda oportunidad”

Le costó a su voz coger fuerza. “Me he preguntado mucho cómo hablar esto porque es algo íntimo de mi familia. En mi casa hemos vivido un milagro”, expuso, saltándose cualquier tipo de rodeo: “Hemos pasado por un proceso de quimioterapia, inmunosupresión, donación de médula... Hemos vivido el milagro de la ciencia”. Estas frases venían acompañadas de un llamamiento que el artista ha realizado: ha llamado a todos los espectadores que puedan a donar médula porque, asegura emocionado, salva vidas.

Aunque poco a poco iba adquiriendo tono, su voz amenazaba con quebrarse por momentos. “La vida nos ha dado una segunda oportunidad, con mucha mas intensidad, con mucho mas sentimiento. Hemos vuelto a creer en el ser humano. Ha sido un año agridulce porque he tenido que irme de gira sabiendo esto, pero pude subirme a un escenario por el cariño de la gente”, ha expresado.

Motos quiso saber cómo fue aquello de encerrarse con esa persona durante un mes. Y Alborán, que había dado rienda suelta a su sinceridad, no se guardó nada. “Pues pones el automático. El acompañamiento de ese hospital, del equipo de la planta 7 del hospital de La fe de Valencia, nos ha hecho creer otra vez que las cosas buenas también suceden”, ha contestado, incapaz de sacudirse la emoción.

“Ha sido un infierno para esta persona. Yo he estado al lado de esa persona. Yo no lo voy a olvidar jamás. Ni mi familia”, insiste, reconociendo que “superar algo así, te cambia la vida, te cambia el concepto de todo”. Dio una respuesta a aquella incógnita que hace un año se instaló en el mismo plató y, de paso, una lección de vida para todos los espectadores.

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