Shaquille O’Neal: “Cuando te golpean con la palabra morir, las cosas cambian”
La leyenda de la NBA explica que se ha sometido a una revisión médica por primera vez después de que se retirara hace once años y han saltado las alarmas.
Tanto dentro como fuera de la cancha, Shaquille O’Neal (50) siempre ha sido una fuerza de la naturaleza. Pero del mismo modo que le ha sucedido a millones de personas, el 2020 puso a prueba la entereza del cuatro veces campeón de la NBA. Después de varias tragedias personales su sonrisa y motivación se esfumaron, lo que repercutió en su estado físico. Shaq perdió el norte y su estado físico se deterioró.
“Mi hermana falleció. Y luego Kobe Bryant falleció también. Y luego otras muchas pérdidas. Fue un año realmente malo y no quería hacer nada. Y cuando eso sucede, pero quieres evitar otro tipo de problemas, hay dos cosas que puede hacer: comer y Netflix”, explica Shaquille O`Neal en la revista Men’s Journal.
Sin embargo, a finales de ese mismo año se dio cuenta de que no iba por el buen camino y empezó a tomar “mejores decisiones” que dieron como resultado un cambio considerable de su estado físico.
“Tuve un nuevo trastorno llamado CBOTBD. Anota eso. Es el ‘Síndrome de Charles Barkley sobre el cinturón’. Me levantaba y me iba a trabajar, me relajaba, comía lo que fuera. No estaba prestando atención. Un día miré hacia abajo y dije: “Maldición”. Mi barriga sobresalía mucho de mi cinturón”, relata en una reciente entrevista en GQ. “Pero ya no tengo el síndrome, he mejorado mucho”, añade.
Once años sin ir al médico
No obstante, todavía la situación no estaba bajo control. Había cosas que se le escapaban. Desde que Shaq se retirara de la NBA allá por 2011, no había vuelto a pasar una revisión médica en profundidad. “Cuando juegas, vas al médico para que te revise y te haga un examen físico, ¿no? Pero yo no he jugado en 11 años, así que si no estaba jugando, para qué iba a ir al médico, ¿no?”, confiesa.
“Así que cuando volví al médico después de tanto tiempo había algunas cosas que ni siquiera sabía. Te dice: “Oye tío, tienes apnea del sueño. La apnea del sueño puede causar hipertensión o accidentes cerebrovasculares, podrías morir”. Yo dije: “¿Qué?” “Podrías morir”. Así que ahora tengo que dormir con una máquina”, señala.
Y ese no fue el único problema detectado. “Luego añadió, “¿Todos esos analgésicos que estabas tomando, hermano? Tus riñones están algo débiles. No más analgésicos”. Era dependiente de los analgésicos, no adicto. Algunos días, cuando no podía moverme, me tomaba uno o dos, sólo para ponerme en marcha. Pero ya no lo tomo. Cuando te golpean con esa palabra de tres letras que comienza con D y termina con E (die, en inglés), las cosas cambian”, concluye Shaquille O’Neal, que ha tomado definitivamente conciencia de la importancia de velar por la salud.