Josep Pont, experto en nutrición: “Desde el punto de vista dietético la Navidad no dura 40 días, sino que son dos contados”
El nutricionista ha confesado en una entrevista a Rac1 las claves que debe uno saber para que el organismo sea capaz de sobrellevar los excesos navideños.


La alimentación, si correcta, tiene que ser sinónimo de inteligencia. Una dieta conformada por cualquier plato que dance de forma arbitraria en la mente del comensal tendrá por consecuencia, muy probablemente, la manifestación de ciertos problemas en el organismo. Sobre todo ahora que la Navidad llama a la puerta en forma de turrón, canapé y almejas. Conviene saber algunos consejos para afrontar los últimos y primeros compases del año; y, en ese aspecto, es Josep Pont es una auténtica autoridad.
El consultor, formador nutricional y autor de dos libros ha concedido una entrevista a Rac1 en la que desgrana las claves que debe uno conocer si quiere sobrevivir a la Navidad. “Más que el enfoque que debemos comer es cómo debemos comerlo. Cómo me siento y en qué entorno como ese alimento”, adelanta, resumiendo la síntesis de su método con una sencilla máxima: “O sea, es cambiar un poco de este enfoque y este paradigma”.
“Es un tema de compensar y reequilibrar”
El nutricionista, que por motivos familiares conoce bien de cerca las lindes de la restauración, se formó en varias disciplinas para poder entender cómo una persona puede llevar a cabo un cambio en su dieta. Su conocimiento, que no es baladí, es puesto al servicio de la actualidad. Según explica Pont, la temporada navideña es “un buen momento para conectarte mucho con lo que realmente necesitas” y “no comer lo que toque, sino lo que realmente a ti te apetece y necesitas”.
No obstante, debe tenerse cuidado con la duración de este armisticio en la dieta. “La Navidad no dura 40 días. Para mucha gente, desde principios de diciembre hasta pasado Reyes es Navidad. Y no es eso”, explica, matizando que “desde el punto de vista dietético y de la alimentación, son días muy concretos y muy contados”; de ahí que sea “muy importante planificarte”. “Navidad es un tema de compensar y reequilibrar estos posibles excesos”, revela, a lo que agrega que, por ello, “una de las primeras cosas que se me ocurren es que no hace falta ser muy radicales durante todo el año y soltarnos de una manera extrema en Navidad. Es mejor permitirte ciertas licencias durante todo el año y que Navidad no sea pasar de 0 a 100”.
Bebida y comida caliente, fundamental
Además, explica que “es muy importante que en esta época tengamos una alimentación caliente y sobre todo bebidas calientes durante todo el día”, como caldos, que regulan el alcohol y drenan los riñones, o infusiones, que recomienda tomar un par al día para realizar bien las digestiones y ayudar al hígado y a los riñones a completar su trabajo en días de intensa labor. Además, recomienda “incorporar fruta cocida, como la manzana o la pera, al horno o hervida, en formato compota y con canela, que es una especie que nos calienta el cuerpo”. Si uno realiza todo esto tendrá, probablemente, una Navidad más cómoda para su organismo; en definitiva, alimentación como sinónimo de sabiduría.
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Y una vez comience el año, todas las promesas. “La clave es entender que, una vez pasa Navidad y empieza un año nuevo, es un motor de cambio”, explica, susurrando las palabras que deben resonar en la mente de cada uno: “Ahora empiezo una nueva etapa en mi vida y me empiezo a alimentar de otra manera”.
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