SALUD

Qué es la discalculia, el trastorno que sufre Arón Piper

Se trata de una condición neurológica que dificulta la comprensión de las matemáticas a través de la confusión de signos y números, así como de la relación entre los mismos.

Qué es la discalculia, el trastorno que sufre Arón Piper

La fama asaltó a Arón Piper a raíz del golpe mediático que dio la diligencia actoral de Élite en 2018, comandada por los Ester Expósito, Miguel Bernardeau, María Pedraza y compañía. Sin embargo, el intérprete hispano-alemán es un viejo conocido del cine patrio: allá por 2013, con apenas 16 años, encarnó a Jon en 15 años y un día, de Gracia Querejeta, filme que representó a España en los Oscar y que le valió al joven Piper una candidatura para el Goya por mejor canción original. Hace tiempo que España le conoce. Y aun así sigue sorprendiendo al país con nuevas revelaciones. La última, una curiosa enfermedad que padece.

Fue el propio Piper quien reveló su condición en El Hormiguero, frente a Pablo Motos y acompañado por su compañero de estreno José Manuel Poga. Sobre la cinta que les llevó a ser entrevistados, El correo, versaba la conversación hasta que el conductor rompió el silencio con una pregunta acerca de la citada y particular patología. La discalculia. Y Piper hizo escueta la explicación: “es una especie de dislexia con los números”.

Aunque la síntesis que el actor realiza es tan breve como acertada, la realidad científica de la misma va mucho más allá. Se trata de una condición neurológica que complica la comprensión de las matemáticas a través de la confusión entre signos y números. La principal consecuencia es la dificultad para realizar cálculos mentales y figurarse abstracciones, pero en el día a día tiene traducciones mucho más frecuentes y cotidianas.

No escondió Piper las complejidades que entraña la discalculia en este plano rutinario. “Se me puede timar fácilmente con el dinero, todas las gestiones las hace mi representante”, decía, a lo que añadía, en forma de comparación, un ejemplo que diferencia su modo de ver las cosas del que tiene el resto: “me imagino que todo el mundo hace unos movimientos en su cabeza para calcular que yo no hago. Yo haré otras cosas, doy mil vueltas, pero no llego al objetivo”.

Tipos de discalculia y síntomas

El problema no es tanto la dificultad para comprender los números, que lo es, sino la relación entre ellos, así como su organización y registro. Por la barrera que supone esto en la recopilación de información, la discalculia se define como un trastorno del aprendizaje; y, como tal, presenta una enrevesada estructura sintomática y per se.

En realidad, esta enfermedad, cuyo riesgo puedes detectar mediante algunos test, puede presentarse de diferentes formas, todas ellas con la disfunción en las conexiones neuronales como factor común: verbal (incapacidad para entender conceptos matemáticos oralmente), practognóstica (dificultad para manipular objetos que exijan comparaciones entre cantidades o tamaños), léxica (ídem para leerlos), ideognóstica (cálculo mental) y operacional (distinguir procedimientos matemáticos en un problema).

Y va más allá. Los síntomas trascienden, en algunos casos, lo numérico: complicaciones para entender instrucciones, facilidad para perderse en la realización de una tarea, retrasos en el tiempo previsto para las mismas e incluso reacciones desafiantes en el plano emocional a consecuencia de una rabia desatada por no poder contemplar lo que el trastorno impide. Precisamente para evitar este último estadio, así como cualquier tipo de consecuencia lógica y psicológica, es conveniente tratarlo desde edades tempranas, algo que Piper se aplicó hasta el punto de que esta patología ha pasado desapercibido hasta 2024. Por mucho que la fama le asaltase tiempo atrás.