Los Jaleo, los rocanroleros del folclore

A la cita en las oficinas de Red Shoes, solo falta Raquel, la cuarta pata de Los Jaleo, banda de folclore rocanrolero que esta noche sube al escenario de La Sol su primer disco largo El Quebranto (entradas aquí) desde ayer en la calle. Será el estreno de una propuesta distinta y única: la de este grupo que trae al siglo XXI las canciones de las abuelas tamizadas con sonido western, bandolero. Una fusión rica en referencias culturales llena de matices que resulta adictiva. Si la primera canción que editaron, Anda Jaleo, versionaba a Lorca, en El Quebranto cuentan todo el proceso del enamoramiento, desde la pasión al momento después del duelo después de lo que parecía perfecto saltara por los aires, en varios actos, como en una obra de teatro.

Una declaración de intenciones que expresan desde la propia ropa y actitud, divertida y valiente. Mientras se cuentan. Porque días antes de todo, de que el disco salga a la luz al completo, de ese concierto en La Sol para presentarlo, Víctor Valero (Madrid, 1993), vocalista, Rodrigo Raspeño (Madrid, 1992), batería, y Silvia Hernández (Madrid, 1992), contrabajista, revelan las partes del proyecto pero en vez de, entre actos teatrales, como está estructurado su disco, entre complicidad, sonrisas y fotos maravillosas.

Pasen y vean. Pasean y lean. Bienvenidos a El Quebranto. Bienvenidos al universo único de Los Jaleo.

Todo comienza alrededor de una mesa en Malasaña, en 2021…

Víctor Valero: Con Rodrigo yo ya tenía una banda. De western, se llamaba Long Wagon. A Raquel la conocimos en una tienda de la calle La Palma, vimos que teníamos afinidades comunes, de música que nos gustaba…, y decidimos juntarnos con Sergio, Major Piece, a hablar un poco de lo que nos gustaría hacer. Fuimos a un concierto y…

¿De quién?

V. V.: ¡No me acuerdo! (sonríe) Creo que tocaba Sergio, el chico del contrabajo antes de que entrara Silvia. Luego fuimos a tomar unas patatillas al lado de la Siroco y ahí empezamos a hablar de qué queríamos hacer. Tuvimos claro que sería en castellano, con la necesidad de hablar del folclore español, para conectar un poco con la música de nuestras abuelas, en una parte de encuentro e identidad con ellas.

¿Sentían que no estaba representada en espectro musical de hoy en día?

Rodrigo Raspeño: Pienso que no hemos inventado nada, pero que en el panorama actual no hay mucha gente que lo esté haciendo con todos los ingredientes que tenemos nosotros.

Porque ustedes, ingredientes, tienen un montón…

V. V.: Demasiados diría yo (la carcajada que sigue es general, de los tres).

R. R.: Buena batidora, la verdad.

V. V.: Pero ahora también hay proyectos interesantes como el de Carlos Ares, que hace una propuesta muy chula del folclore llevado a una propuesta más indie y muy atractiva. Hay una ola de folclore moderno influenciada por lo que hicieron Rosalia y C. Tangana hace ya años. Pero en el rock and roll como tal no hay nadie mirando hacia el folclore. Eso sí que es verdad. Y, bueno, ahí aparecemos nosotros.

Silvia, usted, llegó más tarde.

Silvia Hernández: En octubre de 2023. Y resultó increíble porque nada más llegar fue como: “Tenemos que grabar el videoclip de Por qué te vas. Y yo: “Clarooo que sí” (exclama dramatizando ese claro cargado de ironía). Y, salvo en esa canción, que el contrabajo lo puso Major Piece, desde que yo me incorporé hemos estado componiendo y ha habido un desarrollo del disco. Yo adecuándome a ellos y ellos a mí, con un crecimiento de la propia banda, juntos.

Tras esa primera reunión en Malasaña su primera canción es Anda Jaleo, declaración de intenciones… Y título especial.

V. V.: Como ya teníamos el nombre de la banda, claro…

¿Por qué Los Jaleo?

V. V.: Estuvimos pensando en cosas castizas y lo primero que se nos ocurrió fue ‘bardero’, que es una pelea de navajas, y de bardeo salió jaleo y ¡fue increíble que no lo tuviera nadie registrado! Y al final nos quedamos con Los Jaleo y así salió. Y en esta cosa de llamarnos Los Jaleo y recuperar el folclore estaba el clásico de Lorca, Anda Jaleo, y lo quisimos hacer, aunque haya sido súper versionado. Pero en clave de rock lo han hecho Medina Azahara, Rozalen y poco más. ¡Ah, y Miguel Ríos, que lo sacó después que nosotros! Con esto empezamos y con una copla de Antoñita Moreno, Cordón en mi corpiño, que se la cantamos a todas nuestras abuelas y se la saben entera, en-te-ra (ríe, separando cada sílaba de esa palabra que se cuela entre una sonrisa, quizá perdida en tantos recuerdos de infancia con esas abuelas, y esas canciones de fondo).

R. R.: En realidad creo que la primera canción propia que hicimos fue Por qué te vas, pero se quedó mucho tiempo en el tintero. Pero ese fue el germen verdadero.

V. V.: Que está en el disco que sacamos el viernes, El Quebranto.

S. H.: Es la pieza central, de hecho, de este disco que sacamos ayer y presentamos hoy, en la Sala Sol, adonde vamos a ir en plan versión Los Jaleo Deluxe. Con vientos y percusión además de nosotros mismos, claro (ríe). Y con todo el trabajo que llevamos haciendo con el concepto del propio El Quebranto, que se puede ver, con imágenes de videoclips, y tiene una estructura especial.

Es su primer LP y está concebido y ordenado como una obra de teatro, ¿no?

V. V.: Es nuestro primer disco largo. Sí, porque publicamos El Duelo que era un EP. Cuando estábamos trabajando en el concepto del disco quisimos que reflejara el proceso de una historia de amor desde la parte del misterio, el nos vamos conociendo y surge el deseo…

R. R.: El disco trata un poco el proceso de enamoramiento y luego pasión desenfrenada para luego acabar en un cataclismo.

“En el rock and roll no hay nadie mirando hacia el folclore. Y ahí aparecemos nosotros”

Los Jaleo

Como tantas relaciones.

V. V.: Eso es. Es un disco de amor tóxico.

(carcajean todos, al unísono)

S. H.: Tanto como eso no…

R. R.: Es amor y desamor. Y, luego, tiene una parte muy bonita que…

V. V.: Muy visceral.

R. R.: El sentir que estás derrotado totalmente, en el fondo, y ves la luz al final del todo. Un camino que, creo, hemos recorrido todos, La gente se puede sentir muy identificada con cada una de las partes.

¿Cuánto tiempo han estado componiendo?

V. V.: Uuuh, dos años.

¿Y de dónde surge la chispa?

V. V.: Antes de que entrara Silvia, justo el verano, mientras estábamos ya en conversaciones con ella para ver si se dejaba seducir, nos fuimos a un retiro de verano de cuatro o cinco días a componer el disco.

R. R.: En Zamora, a un pueblecito que se llama Tardobispo.

V. V.: Y resultó que esa casa tenía una bodega con las paredes llenas de cuadros con bandoleros, algo que no pegaría mucho con Zamora, pero fue como una señal. Dijimos: “Qué casualidad que venimos buscando una inspiración de western en español y nos encontramos eso”.

R. R.: Parecía que estábamos en la cueva de Curro Jiménez.

V. V.: Ahí compusimos cinco canciones del disco y dejamos otras tantas estructuradas, que compusimos cuando ya estaba Silvia.

S. H.: Sí. Hemos estado trabajando con inspiraciones de distintos géneros. Con parte fiestera, rockabilly, y otros más evocativos, folclóricos, también del mundo del videojuego, Red Dead Redemption sobre todo… Creo que es el proyecto musical en el que más he trabajado en mi vida y eso que llevo haciéndolo como música profesional desde hace bastantes años, pero esto ha sido más un volcado creativo a todos los niveles. ¡Y que nos ha pedido todo de nosotros! Nuestro carisma, lo guapos que somos, nuestra inteligencia, nuestra capacidad de edición de video.

V. V.: Yo me acuerdo que, cada semana o dos, quedábamos para trabajar en el concepto del disco, en una lluvia de ideas, y nos salía mucha pintura de Julio Romero de Torres.

R. R.: Sí, porque hablábamos de utilizar el simbolismo y él encarnaba esta corriente en España.

V. V.: Luego las portadas hay algo también de las pinturas negras de Goya…

Explíquenme las partes del disco.

R. R.: La primera parte es el Misterio, que la encarno yo a nivel visual. Tenemos cuatro videoclips y cada uno de nosotros encarna un acto. El misterio es esa parte. Ese botón rojo que no puedes tocar, pero quieres, y lo tienes ahí y dices: “Sí, pero no…, sí pero no…”.

Como la habitación con llave de Barba Azul.

R. R.: Un poco así, sí. Esa dicotomía de quiero pero no sé si debo. Y ese es el primer instante del proceso de enamoramiento-obsesión.

V. V.: Y ahí metimos dos canciones que encajaban muy bien: el primer single que sacamos, Con la luna, que empieza con una nana además, y otra que se llama De pena y amor, que ya refleja eso de: “Aquí hay algo, un deseo fuerte, vamos a por ello”. Lo que lleva al segundo acto: la pasión, que encarna Raquel y muy bien. Aquí tenemos el segundo single que sacamos, Dame candela, una oda al deseo, la pasión y el quemarse por dentro, dejarse llevar. Y también Y sin embargo te quiero, la única versión que hemos metido en el disco. Una canción de los maestros Quiroga, los jefes de la copla. Nuestra versión es súper visceral y cargada de rabia, super cruda y agresiva.

R. R.: Muy rápida y muy rockera. Es como una Big Band de rock.

V. V.: Y nada que ver con lo que cantaba Concha Piquer. Le hemos metido ahí una zapatilla… (sonríe, desde muy adentro). Luego va la parte del Quebranto, cuando todo se rompe y explota por los aires. Ahí metemos Por qué te vas y otra canción que se llama Carmen que habla un poco de la ópera de Carmen, pero hemos hecho muy western español, muy bandolero.

R. R.: Pero narrada desde otro punto de vista, ¿no? (dice con voz de to be continued). Ese sería el acto bisagra, el del desmoronamiento del mundo. Después viene la pena.

V. V.: Que abre Vivo o muerto, una cumbia también muy western con sonido latino.

R. R.: Recuerda un poco a los sonidos atmosféricos que utilizaba Guadalupe Plata, Galexico, muy fronterizo.

S. H.: Y una cosa importante… La pena la encarno yo (ríen todos). Que soy una persona que, aunque normalmente esté de jiji-jaja, luego también soy de lágrima fácil. Me es fácil conectar con el dolor, ese que a veces es muy revelador y esa conexión permite también liberarse y sentir por la música, las conexiones entre las personas.

V. V.: Luego viene Caballo Negro.

R. R.: Que es el temazo que más nos gusta.

S. H.: Es súper dramático.

V. V.: Un pasodoble rockero que hicimos. Una cosa muy rara y muy emocional. La tocamos siempre en los conciertos al final, un final abierto, y nos encanta porque la gente se queda callada, así con los ojos abiertos (ríe), y es un momento súper guay. De: “Acabo, respiro y seguimos”. Es increíble, una sensación súper potente (y en su sonrisa se traslada como de cabeza ya la sala).

V. H.: Os invito a que veáis el videoclip y nos deis vuestra opinión.

V. V.: Es que Silvia se tira todo el tiempo llorando. Pobre.

V. H.: Además, como me gusta mucho el maquillaje también, en una parte tengo unas lágrimas transparentes porque Rodri se acaba de morir y aquí estoy llorando con lágrimas negras literal. Y tenemos el acto final: después de la pena y el duelo llega la etapa de ver la luz al final del túnel, la esperanza. Esa la encarna Víctor.

V. V.: Sí, y aquí está nuestro último single, Libre. La parte final, la de: “Pese a vivir con la pesadumbre, poder salir adelante”.

¿Cómo eran sus vidas antes de Los Jaleo?

R. R.: Víctor y yo nos conocemos desde hace muchos años.

¿De qué?

R. R.: De una escuela de música local.

V. V.: Del barrio nos conocemos.

R. R.: Yo soy de Coslada y Víctor vivía en San Fernando. Y nos conocimos por una escuela formando nuestro primer grupo de rock (ríe), como chavales. Siempre hemos ido creciendo, formando parte de distintos proyectos independientes.

V. V.: Nos hemos ido llamando para unas cosas u otras. Yo toqué en un grupo de garage rock que había muy guay, Los Wallace.

R. R.: Yo me hice una gira con ellos. Y, aparte, también he sido batería tres años y medio, cuatro, de una banda de rock urbano que se llama Los Estafas, que es lo más profesional que he hecho.

S. H.: Yo llevo ocho años en una banda de soul. Luego también, en los tributos, he estado en uno de Queen, unas versiones de rock en general, he hecho de todo en realidad. He tocado hasta en un peruano, música latinoamericana en muchos casos, y también swing, en la calle… he hecho un poquito de todo.

¿Qué tienen sus directos? Porque quien los ve, repite.

R. R.: Es electricidad pura. La sensación de antes de una tormenta, que está ahí el aire como cargado… Eso es lo que mejor lo define.

V. V.: Hay mucha energía. Nosotros teníamos claro que, a pesar de todo el folclore, somos un grupo de rock. Y el rock es carne viva. En los directos hay mucho movimiento y teatralidad, pero luego nos gusta mucho involucrar al público para corear.

Y la Sol… es una sala importante, con un aforo, para presentar un primer disco… ¿Cómo lo viven?

R. R.: Pues ha sido una apuesta, un órdago.

S. H.: Ambiciosa.

R. R.: Pero tiene buena pinta. Hemos tocado un par de veces allí con otros eventos, con más gente, pero en solitario será la primera vez que lo hagamos, porque nos hemos sentido siempre muy cómodos. Es una sala que suena bien.

Noticias relacionadas

Entrevista

Carlos Ares: “Busco que mi música no envejezca”

Entrevista

“Medina Azahara decidió irse tras ver cómo lo hacía Kroos”

V. V.: Y tiene esa cosa también de los telones rojos, casi como en una representación teatral, que es lo que vamos a hacer nosotros con nuestro disco.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí