FMS World Series

El triunvirato hispanochileno se impone en el caos

Gazir, Teorema y El Menor arrasan en una primera jornada de FMS World Series marcada por el alto nivel de los competidores y la concatenación de ‘cosas extrañas’.

El triunvirato hispanochileno se impone en el caos
Sergio Murillo
Nació en Santa Marta de Tormes en 2001 y creció entre Guadalajara y Badajoz. Amante de la literatura, estudió Periodismo en la URJC. Se estrenó como jefe de Cultura en El Generacional. Ha sido corresponsal para El Estilo Libre y conductor de informativos en Cadena COPE. Entró en Diario AS en 2023 como redactor en Actualidad.
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En lo que a freestyle respecta, la Comunidad Valenciana es, quizá, el epicentro del caos. Nadie lo pone en duda: en la tierra que recibe el beso de sal del Mediterráneo ocurren cosas extrañas. Desde el hallazgo de la rima en los versos que de ella carecen —legítimo por su sonoridad, dicho sea— hasta la incursión del trap en las batallas, tal y como recordarán los nostálgicos de lo urbano. Hace tiempo que acogió un ecosistema competitivo callejero que hoy monopoliza y riega con nuevos eventos —véase Fu—. De ahí que la elección de Valencia como sede para la primera jornada de FMS World Series no sorprendiera a ninguno y alegrase a todos; de ahí que sucedieran, al hilo de un diciembre marcado por el regreso de Once y compañía, cosas extrañas.

No fue una fecha normal. La resurrección de Dani, el regreso de Sara Socas, la inédita victoria de Jony Beltrán a Aczino, el concierto de Lokillo en su minuto de presentación, la aparición de Bnet y el ‘vacío’ de Chuty así lo corroboran. Fue aquello un tiroteo propio del Lejano Oeste en el que gobernaron aquellos que mejor danzaron entre la anarquía y, en general, los que menos fallaron y más fieles fueron a su estilo; mordieron el polvo, la arena y el disgusto los que no supieron bailar con la más fea y, en particular, los que arriesgaron menos. La máxima es sencilla: el conservadurismo no brilla entre la vanguardia.

El diamante del caos

Sucedió que la prueba viviente del aforismo valenciano vino a presentarse en forma de duelo total. La primera batalla de la noche vio subir a la tarima a Teorema y Azuky, cuyas interpretaciones del freestyle son casi antagónicas: la mexicana inhabilitó por momentos al chileno con un delivery mecánico y eficaz, pero sucumbiendo ante la magia espontánea y el ‘salto al vacío’ que se produce cuando a Teo se le cruzan los cables y saltan los plomos de sus ideas.

De la misma forma puede leerse el Zasko versus Jony Beltrán, que terminó llevándose el primero tras elevar a excelente el ritmo final de un combate ciertamente desapercibido y durante el que había reinado la puesta en escena del segundo; Jony, que tenía el camino realizado, se complicó y, en un ejercicio de inmolación, se metió en el juego del alicantino y tropezó con las raíces del árbol en plena jungla lírica. Aquello estaba siendo, como el resto de enfrentamientos, un bendito diamante caótico de calidades inmensas puestas al servicio de la espontaneidad.

El triunvirato hispanochileno se impone en el caos
Juanjo Bedman

Que el nivel general de los participantes fuera alto no se debió a la casualidad. Cabe valorar la buena selección de una fecha que, amén del calendario, pilla a los freestylers en plena temporada y, a efectos prácticos, con el calentamiento realizado. Quien chocó contra ese muro fue Dani. La leyenda de El Quinto Escalón acometía su regreso a una competición oficial años después de su última participación en FMS Argentina y lució extremadamente fresco y rematadamente sólido en la coherencia de sus versos y la ausencia de muletillas. Pero ni el guerrero más fuerte soporta el paso del tiempo: El Menor, que venía rodado, se convirtió en un huracán de terminaciones y multisilábicas que no dejó una sola oportunidad al argentino.

Con idéntica contundencia enterró Lokillo a Sara Socas en el escenario. El colombiano tensó la cuerda de la polémica e, inteligente, comprobó hasta qué precio estaba dispuesto a comprar una rima el público español. No se trataba de tirar la puerta abajo a puñetazos, sino de encontrar la llave en el manojo; y mientras tanto, silbó. Sara, melódica y con un estilo horizontal bastante intacto y, por momentos, propio de sus mejores momentos, se fue con la cabeza alta tras caer posteriormente ante Azuky; fue una extraplayer de altos vuelos, muy disfrutable para el ateneo y capaz para la competición.

Y pese a todo, amén de la complicada esencia de las grandes ligas, de haber conseguido puntos, Sara Socas habría terminado la jornada con los mismos que Dani, quien luego perdió contra Aczino en un ‘combate’ que exhibió la distancia sideral entre ambos: aquel que lleva un lustro sin competir y el que, precisamente, lo ha pasado prácticamente invicto. El giro se dio cuando, más tarde, Jony Beltrán venció a Aczino —sucedió que el primero extendió su show tanto que terminó por comerse la puesta en escena de su compatriota— y, ambos coronados con sombreros de cowboy, se despidieron de la fecha con una sonrisa tatuada en el rostro.

La caída del tetracampeón, el ascenso del triunvirato

Baile de caretas. Sobre la mesa, la posibilidad de finalizar la jornada con pie derecho. Salió Gazir y, punzante, desmontó a un Zasko que, a lo largo del día, fue de más a menos. Su horizontalidad fue, precisamente, lo que le faltó a Chuty: otrora ‘hombre de los cuatro anillos’, lució desmotivado, cansado y, por momentos, incapaz de manifestar un 30% de su poder; esto se unió al chicle sin sabor en el que se han convertido los Chuty versus Gazir, que presentan una argumentación demasiado mascada. De una forma u otra, madrileño y alicantino claudicaron ante un Gazir excelso que, si bien dio un nivel estratosférico, supo neutralizar las aptitudes de sus rivales. En pocas palabras, que falló menos.

El triunvirato hispanochileno se impone en el caos
Juanjo Bedman

En el trono comparten asiento Gazir, Teorema y El Menor. El primero de los chilenos conectó más con el público y vio brotar la dificultad mental de algunas de sus propuestas, lo que tumbó a un Chuty visiblemente patoso y acelerado; y el segundo, amago de tangana y discusión mediante, ganó a Lokillo en un duelo que, pese a llevárselo el chileno, dejó bien parado al colombiano, que sacó de sus casillas al jovencísimo heredero al todo.

El triunvirato hispanochileno impuso su ley porque, cada uno desde un prisma diferente —ingenio, freestyle puro y métricas voladizas—, garantizó que, en Valencia, se debía dar un giro a los planteamientos típicos de las batallas si el objetivo era arrancar el Mundial con el pie derecho. Unieron arte y ciencia; de fondo, cosas extrañas.

Clasificación general

  1. Gazir – 6 pts
  2. Teorema – 6 pts
  3. El Menor – 6 pts
  4. Zasko – 3 pts
  5. Aczino – 3 pts
  6. Jony Beltrán – 3 pts
  7. Lokillo – 3 pts
  8. Azuky – 3 pts
  9. Chuty – 0 pts
  10. Dani – 0 pts

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