FMS World Series
Chuty es para siempre
El ‘freestyler’ vallecano se proclama campeón de FMS World Series y de la Internacional de Red Bull Batalla en apenas mes y medio.

Durante años fue una especie de quimera. Una liga compuesta por los mejores freestylers del planeta, un evento transversal que rompiera con el esquema competitivo clásico de las batallas. Soñar era gratis y el crecimiento de la disciplina parecía no tener límites. Un otoño y medio invierno han bastado para matar la fábula y ahogarla en un pozo de tramas palaciegas —no relativas a la arquitectura castiza contemporánea, sino aquellas provenientes del difícil trasfondo de un circuito contaminado por una serie de rencillas que, por motivos de diversa índole, han estallado en cuestión de meses— que, lejos de emponzoñarla, han permitido el desarrollo de una fecha para la posteridad. Lo mejor y lo peor del rapero, el gallo por antonomasia y en su máxima expresión; todo se vio en un evento histórico que coronó a Chuty como el mejor del mundo.
“No es lo mismo ver sangre correr a que tu sangre corra”, dijo Letra. Kodigo y el venezolano habían convertido su batalla —la primera de la noche— en un oasis previo a la quinta jornada de FMS World Series, un duelo sobrado de vocación artística e innovadora que criticó la deriva del panorama actual a través de una exhibición sin odio. Aquella frase de Letra retumbó en la antigua plaza de toros madrileña; quizá porque todos se sintieron parte del discurso. Kodigo ganó en la batalla más pura de la noche. Ya no había forma de parar el baile.
Un evento para la posteridad
El aluvión de enfrentamientos fue largo. Puede que demasiado, aunque comprensible ante la necesidad de cerrar una liga de manera justa y en la que cada uno recibiera los puntos que merecía disputar. Aczino y Nitro hicieron de su clásico una guerra sin cuartel —frenada en la primera ronda por pitos de un sector del público a donde no llegaba bien el sonido— que se llevó el mexicano tras réplica y en la que el chileno ya le mencionó: él había ganado a Chuty, había hecho sangrar a Dios, y Mau, aunque también, quizá no saldría victorioso del Vistalegre. Podía volver al infierno con las manos vacías. Otra vez.
- Kodigo ganó directo a Letra
- Aczino ganó a Nitro tras réplica
- Teorema ganó directo a Valles-T
- Skone ganó a Larrix tras réplica
- El Menor ganó directo a Letra
- Gazir ganó directo a Chuty
- Nitro ganó directo a Kodigo
- Aczino ganó a Valles-T tras réplica
- Teorema ganó directo a Larrix
- Gazir ganó directo a Skone
- Chuty ganó directo a El Menor
La elección de España como sede para acoger la última jornada no fue en vano. Skone fue el extraplayer de la jornada y dejó dos de los duelos más entretenidos que esta competición ha orquestado: su batalla con Larrix fue una oda al humor español cargada de referencias patrias; su enfrentamiento con Gazir, aunque se basó en un monólogo cruel del asturiano, reanimó al público y le encaminó a un final de evento de infarto. La guinda del pastel la puso el máximo exponente del rap español: Kase O interpretó Pura droga sin cortar y Cantando. Era imposible disipar el aire a historia que destilaba el Vistalegre.

Con el paso de las rondas se repitió la rememoración de un tiempo pretérito como pilar argumental. Un teorema excelso, la “esfinge de la esfinge de tu nueva religión”, tumbó a Valles-T en una especie de ritual enérgico que el de Cañete realizó para transportar a todos los presentes a 2013. Ocurrió parecido con el duelo entre Valles-T y Aczino, que despertó las peores pesadillas del azteca reviviendo la semifinal de la Internacional de Red Bull 2019 en Madrid con el capítulo del cuento imaginario que el colombiano nunca leyó
“Yo forjé tu profesión” le dijo el mexicano, y Valles-T no tembló: “Pero yo ahora camino solo”. El ateneo no vio con buenos ojos la victoria de Aczino, pero celebró el duelo generacional al ver al colombiano ayudando a andar a Mau, que entre la muleta y el hombro de su amigo salía consciente de que solo ganaría si Chuty fallaba.

Y falló, pero no murió. Quisieron el destino y el cuadrante que Chuty y Gazir se citasen en Madrid mes y medio después de la noche. La final más polémica de la historia. Tras una primera ronda igualada, el asturiano aplastó al de Entrevías con una retahíla incontestable que convenció al público, cuyos gritos impidieron escuchar tres patrones del líder de la liga. No tuvo chance alguno. Gazir completó su redención y, tras cobrarse su venganza e insistir en su renuncia del título de Red Bull, dejó clara su firme voluntad de volver a competir por él. Chuty dio un paso atrás, pero todavía dependía de sí mismo. Cuando El Menor saltó al ruedo, el vallecano no tuvo piedad.
Chuty, por y para la historia
Ocurrió en apenas un cuarto de hora, pero se extendió durante cincuenta días de viajes y comentarios. Chuty no iba a participar en FMS World Series. La circunstancia en la que logró su segundo cinturón de Red Bull lo había sumido en una crisis de estrés. Cuando decidió competir asumió, quizá, el hándicap más complicado de la historia de las batallas: nunca nadie había tenido tantos argumentos en contra.
Pero no se rindió. Se nutrió de ello y logró imponerse. Cuando recibió el trofeo prácticamente ningún competidor salió al escenario a felicitarle; él asió la copa y agradeció al público, dejando entrever en sus palabras que a su carrera no le quedan muchos capítulos más. Faltaba en su vitrina el trofeo con el que un día el panorama soñó; una liga que fue una quimera y que hoy constituye el último récord del mejor competidor de la historia.
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