La solución inglesa para burlar la prohibición de beber alcohol durante el Mundial de Qatar
Las esposas y familiares de los jugadores de la selección inglesa planean alojarse en cruceros de lujo para esquivar las restricciones del país qatarí.
Puede crear tendencia y a la vez suponer un problema logístico de importantes proporciones. Y es que, como revela el Daily Mail, las familias y parejas de los futbolistas de la selección inglesa planean alojarse en un crucero de lujo durante la celebración de próximo Mundial, que se celebra en Qatar del 21 de noviembre al 18 de diciembre de 2022.
Según revela el tabloide inglés la decisión se debe a un doble motivo. Por un lado, los alojamientos que les han sido ofrecidos, principalmente apartamentos y estudios, no copan las expectativas de la expedición inglesa, que además tendría que lidiar con el problema del consumo del alcohol en el país qatarí, ya que está prohibido en espacios públicos y solo unos pocos hoteles tienen el privilegio de ofrecer bebidas alcohólicas.
Así pues, la opción barajada de disponer de un crucero en el puerto de Doha parece tomar forma pues los acompañantes del combinado que dirige Gareth Southgate consideran que las instalaciones de los transatlánticos de lujo se adaptan mejor a sus necesidades y pueden dar rienda suelta en la intimidad a celebraciones de todo tipo.
La solución inglesa para que corra el alcohol durante el Mundial de Qatar puede sentar precedente y no es descartable que las expediciones de otros países opten por una solución similar. Según el Daily Mail, la FIFA está ofreciendo diferentes opciones a las federaciones y si la inglesa las rechaza no hay motivo para pensar que el resto sea más transigente. Si además sumamos el hecho de que se cuenta con la presencia de innumerables yates, el ambiente en la zona portuaria de Doha puede dar de qué hablar.
¿Y los aficionados?
En cualquier caso, a las autoridades qataríes no les va a quedar más remedio que suavizar su postura en lo referente al alcohol. Es cierto que es un país musulmán y como tal, la venta y el consumo de alcohol están controlados de forma férrea ya que solo algunos bares y restaurantes de hoteles de lujo están autorizados a servirlo, y solo una única tienda controlada por el Estado puede venderlo a clientes que tengan permiso para consumirlo.
Así pues, eso limita las opciones para los turistas, aunque se prevé que durante la celebración del mundial los aficionados puedan disfrutar de la bebida en las diferentes ‘fan zones’ que se habilitarán, y que supondrán, nunca mejor dicho, un oasis en el desierto para miles de visitantes. Se da la circunstancia de que las diferentes sedes se encuentran repartidas en un radio de 50 kilómetros de la ciudad, algo insólito en la historia de los mundiales que puede ayudar a llenar de colorido una ciudad que supera los dos millones de habitantes. Eso sí, que se preparen para rascarse el bolsillo porque el precio de una pinta de cerveza puede superar los 15 dólares.