UCRANIA
La angustia de Yarmolenko: envió a su familia a Ucrania un día antes de la invasión
El futbolista del West Ham se despidió de su mujer Inna y de sus hijos el pasado 23 de febrero porque uno de los pequeños tenía un examen médico en Kiev.
Andriy Yarmolenko ha vivido el mes más difícil de su vida. El futbolista ucraniano del West Ham ha tenido que ver desde la distancia cómo su país aguantaba las embestidas militares de Rusia y cómo muchas ciudades sucumbían ante el avance de las tropas de Vladímir Putin. La angustia se ha apoderado de él en muchas ocasiones al no tener noticias de muchos amigos y familiares, pero para colmo, envió a su mujer y a sus hijos a Kiev un día antes de que comenzara la invasión. El pasado 23 de febrero se despedía de Inna y de sus pequeños y ahora ha hablado por primera vez sobre el tema en una conexión con el canal de YouTube ‘Football 1/2/3′.
“Cuando todo comenzó, el 24 de febrero, llegué al entrenamiento y no podía ni hablar. Se me caían las lágrimas. Le pedí al entrenador que me dejara ir a casa y luego no sabía qué hacer”, comenzó expresando. “No creía que algo así pudiera pasar. Los envié a Kiev porque mi hijo tenía un examen programado con el médico”, confesó. Se despidió de él un día antes de ver en las noticias que la invasión había comenzado: “¿Te imaginas cómo fue cuando empezó a la mañana siguiente? Solo quería correr y golpearme la cabeza contra la pared. Qué tonto. Estaba enviando a mi familia a Kiev y yo estaba sentado en Londres”.
En la primera semana sin su familia, Yarmolenko se pasaba prácticamente las 24 horas del día hablando con ellos y todo lo demás daba igual. Su mente estaba a miles de kilómetros de distancia, en Kiev: “Cuando todo empezó, no dormía, no comía, estaba constantemente al teléfono llamando a mis familiares”. Por suerte, tanto su esposa como sus hijos están a salvo y él ha contado en todo momento con el apoyo del West Ham, de David Moyes y de toda la afición del equipo. Le dieron la opción de entrenar o no y, aunque en un primer momento decidió no hacerlo, finalmente se puso las botas porque se “estaba volviendo loco” y necesitaba distraerse.
Su ciudad, bombardeada y con sus familias en sótanos
Yarmolenko nació en San Petersburgo cuando todavía era Leningrado, pero siendo de padres ucranianos se crio al norte de Ucrania, en Chernígov, a apenas 150 kilómetros de Kiev y aún más cerca de la frontera con Rusia y con Bielorrusia. Y precisamente esta posición en el mapa ha provocado que fuera bombardeada por el ejército ruso y hace tan solo unos días uno de esos ataques se llevó la vida de al menos 53 personas.
“Los que están allí, donde hay bombardeos constantes, están en un refugio antiaéreo. Se esconden en sótanos, como todas las personas”, explica un Yarmolenko que ha conseguido que sean sus primos los que le ayuden a ponerse en contacto con sus tíos y tías. “Sinceramente, me da miedo hablar de eso, pensar que constantemente se están produciendo hostilidades...”, confesó el futbolista, que después de los primeros bombardeos llamó al alcalde de la ciudad para preguntarle lo que “era necesario para el ejército”.
“Mi mensaje es que no todas las personas pueden luchar. No todos pueden disparar. Ahora tenemos que ayudarnos entre todos. Si no lo hacemos, nadie más que nosotros mismos lo hará. Estoy seguro de que no seremos vencidos por ningún país, por eso estoy tratando de ayudar a mi ciudad. Entiendo que cuando esto termine muchos niños se quedarán sin padres, muchas familias se quedarán si hogar. Tendremos que construir juntos y ayudarnos unos a otros”, declaró emocionado el ucraniano.