Un nutricionista da la clave sobre cómo se debe comer la fruta por la noche: “Qué más hay en el plato”
El especialista en nutrición Antonio Ballesteros desmonta el mito que reza que no es recomendable tomar fruta para cenar.


Cenar fruta es una práctica común entre quienes buscan opciones ligeras, saludables o de fácil digestión antes de dormir. Sin embargo, existen muchos mitos en torno a este hábito: que si engorda, que si fermenta en el estómago, o que interfiere con el sueño.
Lo cierto es que tomar fruta por la noche puede ser una opción saludable, pero siempre que se haga con conciencia. No engorda por sí sola, no fermenta en el estómago, ni es perjudicial en términos generales. Sin embargo, no es una cena completa desde el punto de vista nutricional. Idealmente, puede combinarse con una pequeña porción de proteína (como yogur natural o un puñado de frutos secos) para lograr una comida más equilibrada.
Así lo confirma el nutricionista Antonio Ballesteros en una revista especializada en salud: “No hay evidencia que prohíba la fruta por la noche. Sin embargo, lo importante es cómo se toma y qué más hay en el plato”. La clave para el especialista estaría en combinar los azúcares naturales de la fruta con grasas saludables y también con proteínas.
Y es que, aunque nutritivas, las frutas por sí solas no ofrecen proteínas ni grasas saludables, esenciales para una dieta equilibrada. Si la cena solo consiste en fruta, podría faltar saciedad o nutrientes clave. Asimismo, hay que tener en cuenta que personas con diabetes o problemas digestivos específicos (como reflujo o colon irritable) podrían necesitar evitar algunas frutas o ajustar las cantidades.
La hora de la cena
Por otro lado, en los últimos años, cada vez más estudios y expertos en salud han comenzado a resaltar la importancia no solo de qué comemos, sino también de cuándo lo hacemos. Una práctica que ha ganado popularidad es la de cenar temprano, es decir, adelantar la última comida del día a horas más cercanas al atardecer que a la noche. Esta costumbre, aunque sencilla, puede tener un impacto significativo en la calidad del sueño, la digestión y el funcionamiento general del metabolismo.
Dormir bien y mantener un metabolismo saludable son pilares fundamentales para el bienestar. Sin embargo, muchas personas no relacionan directamente sus horarios de comida con estos aspectos. “¿Alguna vez te has preguntado qué ocurre realmente cuando comes demasiado tarde por la tarde o por la noche? Cenar tarde y picar entre horas mientras ves Netflix provoca mal sueño, desequilibrio hormonal y aumento de peso”, explica la Dra. Poonam Desai a través de su cuenta de Instagram, en la que destaca como divulgadora.
De acuerdo con Desai, cenar tarde interfiere en la síntesis de melatonina, la hormona del sueño: “Dormir mal puede provocar un asombroso aumento del 23% en los niveles de azúcar en sangre por la mañana”, apunta. Y es que, al descansar mal, se segrega más grelina, que es una hormona gástrica que regula el apetito y la homeostasis nutricional, y esta se encuentra detrás de los antojos de azúcares y grasas al despertar.
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Prestar atención a los horarios de las comidas es clave para la doctora Desai: “Comer tarde también mantiene elevados los niveles de cortisol, lo que facilita la acumulación de grasa abdominal. Cuando comes después de las 7 p. m., conviertes calorías en grasa más rápido de lo que jamás imaginaste. Los pacientes que cierran la cocina a las 7 p. m. a menudo descubren que pierden grasa con mayor eficiencia y duermen mejor”, agrega esta médica, quien describe esta norma como “uno de los trucos para la longevidad más sencillos de implementar”.
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