Gastronomía

Dos estadounidenses prueban un plato típico de Asturias y usan su expresión más típica para definirlo: “Oh my god”

La creadora de contenido conocida como Sophie la Guiri llevó a sus padres a comer un plato de pote asturiano y grabó su reacción para TikTok.

Dos estadounidenses prueban un plato típico de Asturias y usan su expresión más típica para definirlo: “Oh my god”
Marta Rodríguez Peleteiro
Su trayectoria en Prisa comenzó en AS, en 2006, en la sección de Cierre. Posteriormente asumió la coordinación de la revista AS Color y la redacción de los blogs Match Point y Erratas de Campo. En 2017 pasó a formar parte de PrisaNoticias, en el control de producción de El País y AS, y volvió a AS a finales de 2022, como redactora de Tikitakas.
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España es uno de los destinos culinarios más admirados del mundo. Desde las tapas en Andalucía hasta los mariscos en Galicia, el país ofrece una diversidad gastronómica que conquista a millones de visitantes cada año. Entre ellos, los turistas norteamericanos se han convertido en verdaderos embajadores del gusto español, fascinados por los sabores auténticos, las recetas tradicionales y la calidad de los productos locales.

Y gracias a la creadora de contenido conocida como Sophie la Guiri, hemos podido ver cómo la gastronomía de una región concreta ha capturado la atención de sus padres durante su visita a España: Asturias. La joven los ha llevado a probar el pote asturiano y ha grabado su reacción.

Esta no deja a nadie indiferente. Se les ve probar la comida con cara de extasiados. Con los ojos muy abiertos, no pueden dejar de alucinar con lo que están comiendo y prácticamente se quedan sin palabras. No pueden más que pronunciar el manido “Oh my god” de los norteamericanos.

Qué es el pote asturiano

Menos conocido internacionalmente que la fabada, pero igual de sabroso, este guiso tradicional es un verdadero emblema de la cocina campesina del norte de España. Se trata de un guiso de cuchara elaborado principalmente con berza (col rizada), patatas, fabes (judías blancas asturianas) y el compango —el conjunto de carnes curadas que aportan intensidad: chorizo, morcilla y lacón (jamón curado)—. Todo ello se cuece lentamente hasta que los sabores se funden.

Es un plato nacido de la necesidad, de aprovechar lo que ofrecían la huerta y la matanza, cocinado al calor del fuego durante hora. Hoy, el pote ha trascendido su origen humilde y se ha convertido en una joya culinaria que seduce tanto a locales como a visitantes. Y aunque se puede disfrutar durante todo el año, el pote asturiano se asocia especialmente con el invierno y los días fríos.

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Además, cada valle tiene su versión particular. En algunas zonas se le añaden nabos, y en otras se cambia la berza por el repollo, o se incorporan ingredientes como el costillar ahumado. Esa versatilidad territorial es parte de su riqueza.

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