Antonia Dell’Atte denuncia “malos tratos” de Alessandro Lequio y apunta a Ana Rosa Quintana por encubrirle
La exmodelo ha concedido una entrevista en ‘El País’ donde ha comentado con crudeza el trato violento del exmarido de Ana Obregón.
Anunciaba la periodista Luz Sánchez-Mellado que a finales de semana iba a haber “un terremoto” en “determinados programas del corazón”. Y, si la entrevista que ha publicado ‘El País’ este domingo con Antonia Dell’Atte no es ese movimiento sísmico, que se vayan preparando los guionistas y las rotativas porque la magnitud apunta a ser inmensa.
La semana que viene va a haber un terremoto en determinados programas de corazón. Y no son las memorias de Preysler ni las de JCI.
— Luz Sánchez-Mellado 🇪🇦🏳️🌈 (@luzsmellado) October 10, 2025
La exmodelo, que ya en varias ocasiones había tildado a su exmarido, Alessandro Lequio, de “maltratador”, ha relatado con todo detalle alguno de los episodios de violencia física que sufrió por parte del aristócrata. El primero, aunque hubo mucha manipulación previa, tuvo lugar a la vuelta de la luna de miel estando ya embarazada del hijo que ambos tienen en común.
“Llegamos, abrí el buzón, cogí una carta con mi nombre y dijo: ‘Tú ya no te llamas Antonia Dell’Atte, tú eres la condesa Lequio’. Le dije que no, que seguía siendo Antonia Dell’Atte y ahí llegó la primera patada. Me decía que iba a destruir mi nariz para que no fuera guapa”, cuenta en la entrevista.
Entre intentos de manipular para que no viera ni a su familia ni a sus amigos, la situación no fue a mejor con el paso del tiempo. Dell’Atte narra una reunión en la que estuvieron la madre (prima del rey Juan Carlos), la abuela de Lequio y la madre de Antonia. La entrevistada ya se quería ir de allí, pero su familia política se lo impedía. También Lequio, quien incluso llegó a amenazarla de muerte. “Me contestaba: ‘Si me dejas, te mato, y a tu familia’. Eran amenazas increíbles, luego me pedía perdón”.
Toda la situación que relata provocó en ella un sentimiento de asco. “Yo ya no estaba enamorada, no tenía ni relaciones. Aguantaba esperando ver cómo podía huir de todo eso”. En esta situación, donde las patadas y las agresiones físicas no cesaban, cada vez que él le era infiel y ella se enteraba suponía, paradójicamente, un alivio en ella. “Pensaba que todas las mujeres con las que estaba me alejaban de ese monstruo”.
La aparición de Ana Obregón
La primera vez que como pareja coincidieron con Ana Obregón fue en una fiesta de Chanel en Las Ventas. Antonia, que ya la conocía de un evento en Roma, quiso invitarla a casa, pero Lequio se negó. “Ese tipo de mujer no entra en mi casa. Somos familia del rey, hay que tener cuidado”, decía. No tardó en enterarse que estaban juntos y en llegar la denuncia que le cambió la vida.
📹 “Me dijo, tú ya no te llamas Antonia Dell’Atte, tú eres la condesa Lequio. Le dije que no, y ahí llegó, la primera patada y mi gran pesadilla. Me decía que iba a destruir mi nariz para que no fuera guapa”. Lee la entrevista a la exmodelo https://t.co/VS2y4AiMdd pic.twitter.com/ShWMwTu02L
— EL PAÍS (@el_pais) October 12, 2025
Y es que, aunque Lequio intentaba volver “a ver a su hijo”, Dell’Atte defiende que únicamente quería “destruirla” a ella. “Estoy eternamente agradecida a Ana Obregón, que se lo llevó”, confiesa. Fue entonces cuando la flamante pareja se hizo con el control mediático, dejando a Antonia en una situación muy complicada.
“Este señor ha pasado toda su vida impune. Está sentado en televisión todavía. Lo convirtieron en un playboy cuando todas las mujeres sabían que era un maltratador y han comido de esas miserias. [...] La prensa del corazón es manipuladora, desinforma y encubre. Muchos periodistas se han sentado al lado de él, sabían y han callado”, denuncia antes de poner nombres y apellidos sin ningún tapujo. “Ana Rosa Quintana, María Teresa Campos, Javier Sardá, que decía: ‘Antonia, es buen hombre, tienes que dejarle ver al niño’”.
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La entrevista termina con una petición a la ministra de Igualdad, Ana Redondo. “El Ministerio tiene que intervenir en estos programas. Frivolizan mucho sobre la violencia, gente que va a hablar de malos tratos y en pantalla ni siquiera aparece el 016”, zanja admitiendo que no son las víctimas quienes tienen que agachar la cabeza, sino los maltratadores. “Tenemos que dar voz a las personas más débiles, a las mujeres que no tienen recursos. Se tiene que creer a las mujeres”.
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