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La actriz de 53 años con físico de 30 revela su secreto: comida abundante, picoteo repartido y sacrificio cero
La también bailarina y presentadora italiana Rossella Brescia cuenta en ‘Verissimo’ cómo consigue tener el cuerpo de una treintañera.

El deseo de permanecer jóvenes mientras cumplimos años es un tema que ha sido explorado a lo largo de la historia, y no es difícil ver por qué. La juventud está asociada con vitalidad, belleza, energía y un sinfín de posibilidades. En la sociedad moderna, donde la apariencia física y el dinamismo son altamente valorados, la idea de envejecer se ha convertido, en muchos casos, en un concepto para evitar o incluso al que temer.
Por ello, no es de extrañar que el público se fije en aquellas figuras por las que el tiempo parece no pasar, como el caso de la actriz y también presentadora y bailarina italiana Rossella Brescia, quien a sus 53 años luce el físico de una mujer treintañera.
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¿El secreto? Brescia lo tiene claro y no le importó compartirlo con el público del programa Verissimo de Canale 5: el deporte y comer bien. Desde niña Brescia ha tenido formación como bailarina, lo que la ha ayudado a mantenerse activa y tonificada. Y, aunque no sigue dietas estricta, sí reconoce cuidar su alimentación.
Dieta variada
Para Rossella Brescia, no se trata de hacer dietas, sino de comer de forma variada y equilibrada. Su desayuno, bien temprano, se compone de cereales, leche y fruta, y hasta la hora de comer, como entre el almuerzo y la cena, se da pequeños caprichos en forma de tentempiés para no llegar con hambre a estas comidas principales.
Por la noche, no se salta las cenas, pero, eso sí, tiene prohibidos los platos que le produzcan hinchazón. También deja sitio para la pasta: una o dos veces por semana. Y reconoce que es humana y a veces cae en tentaciones, pero enseguida vuelve a cuidarse: “La palabra ‘rendirse’ no existe en mi vocabulario, especialmente en la mesa”.
Y da algunos consejos: el pan, mejor sin levadura, el pescado antes que la carne, poco azúcar y, sobre todo, beber mucha agua, té verde y también jarabe de arce.
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