El truco para comer fresas y que estén realmente dulces sin necesidad de azúcar
Está respaldado por la ciencia y no requiere de añadir ningún complemento extra, como azúcar, especias, sal o diversos cítricos.


Ahora que llega el buen tiempo, las fresas se convierten en una de las frutas más consumidas por la población. Su sabor dulce y ligeramente ácido, unido al frescor que aportan y a las múltiples formas en las que se pueden disfrutar -ya sea solas, con nata, en batidos o tartas- hacen de ellas una opción irresistible para muchos.
Sin embargo, pocas cosas resultan más molestas que llevarse una fresa a la boca y descubrir que no sabe a nada. Las reacciones ante este hecho son diversas, al igual que las alternativas disponibles para potenciar su sabor sin recurrir al azúcar ni convertir una opción saludable en una que, aunque tremendamente sabrosa, no sea tan buena para nuestro organismo.
En los últimos tiempos, el azúcar se ha establecido como uno de los productos más contraindicados para aquellas personas que tienen como objetivo seguir una dieta balanceada y equilibrada. En el caso de las fresas, fruta que encontraba en el azúcar a uno de sus mejores aliados, ha sido necesario tirar de ingenio para encontrar posibles alternativas que, si bien pueden no igualar el dulce sabor del azúcar, son opciones mucho más saludables.
De esta manera, si la fresa se siente un poco ácida, se puede tirar de la pimienta rosa o negra, las cuales dotarán a la fresa de un toque picante que, al contrastar con la acidez de la fruta, potenciará su dulzor. Por otro lado, si las fresas están verdes, se puede optar por utilizar sal y ralladura de cítricos, los cuales potenciarán el sabor del fruto. Por último, se puede optar por diversas especias, bajas en calorías, como el anís, la canela o el hinojo, entre otras.
El truco para unas fresas más dulces sin añadidos
Si eres de esas personas a las que les gusta comer las fresas solas, sin ‘toppings’, has llegado al punto que más te va a interesar. Existe un truco, respaldado por la ciencia, que va a hacer que este fruto sepa más dulce sin necesidad de añadir ningún ingrediente. Y es que, según sea la forma en la que comamos las fresas, estas van a saber más o menos dulces.
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Si comenzamos a comer una fresa por la punta, estaremos empezando por la parte más dulce y rica en azúcares, dejando para el final la zona cercana a la corona, que contiene una menor concentración de dulzor. Además, hay un detalle importante a tener en cuenta: los receptores del sabor dulce se encuentran en la punta de la lengua. Por lo tanto, si buscamos percibir al máximo el dulzor natural de la fresa, lo ideal es empezar por la punta del fruto y asegurarnos de que esa zona entre en contacto con la parte frontal de nuestra lengua.
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