Cuidado si cierras la puerta de la lavadora después de utilizarla: estás poniendo en peligro tu salud

Cuando uno utiliza la lavadora y saca la ropa que ha metido en su interior, lo más común suele ser dejar la puerta abierta con el objetivo de evitar los malos olores y la humedad. Sin embargo, esta práctica, por muy habitual y extendida que parezca, no es la más recomendable, ya que diversos expertos afirman que mantenerla así durante horas puede traer consigo graves consecuencias.

Según afirma la ciencia, abrir la puerta de la lavadora para que se ventile es una actividad que contribuye a la hora de frenar la aparición de bacterias y malos olores. Aun así, conviene evitar los extremos. Cerrar el electrodoméstico de inmediato permite la aparición de gérmenes y moho, y dejarlo abierto puede afectar a la estructura del aparato y favorecer la acumulación de polvo.

Tener la puerta de la lavadora abierta afecta a las bisagras y a las gomas de cierre del electrodoméstico, lo que, a la larga, puede provocar fugas o dificultades para llevar a cabo el proceso de lavado. Además, el polvo que se acumula en su interior se puede adherir a nuestra ropa y perjudicar nuestra salud.

Los expertos han hablado

Desde ‘ÖKO-TEST’, revista alemana especializada en las pruebas independientes de productos con el objetivo de proteger al consumidor y al medio ambiente, han asegurado que lo recomendable es dejar la puerta entreabierta al menos media hora después de cada lavado realizado. De esta manera, el interior del aparato tiene tiempo más que suficiente para secarse, evitando la aparición de la humedad y protegiendo la integridad de las piezas.

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