FAMILIA REAL

El secreto de la buena forma de la princesa Ana: su austera dieta

La hermana del rey Carlos III es uno de los miembros más activos de la familia real británica pese a sus 73 años, y la clave estaría en su dieta.

Actualizado a
Britain's Princess Anne smiles with Andrew Parker-Bowles as they watch a race on the final day of the Cheltenham Festival horse racing meeting in Gloucestershire, western England March 13, 2009.   REUTERS/Dylan Martinez     (BRITAIN SPORT HORSE RACING ROYALS)

La princesa Ana, hija de la difunta Isabel II, es una de las royals más populares de Europa. La hermana del rey Carlos III trabaja de forma muy activa como miembro de la realeza con por encima del medio millar de compromisos al año, pese a sus ya 73.

Su carácter disciplinado y bromista, que dicen que heredó de su padre, el príncipe Felipe de Edimburgo, podría ayudar en esta buena forma, así como su pasado como amazona de élite. No obstante, la clave, según The Mirror, estaría en su dieta.

La princesa, famosa por su firme dedicación a la causa real y a sus deberes de cuna, no se caracteriza por seguir una dieta exclusiva. Más bien es de espíritu austero, como demuestra en sus looks, que apenas renueva ya que no cambia de talla desde que era joven.

Cómo es el desayuno de la princesa

De acuerdo con el cocinero de Isabel II, Darren McGrady, la tía del príncipe de Gales escoge con cuidado su dieta: “La princesa Ana casi siempre prefería los plátanos casi negros, demasiado maduros, porque se digieren más fácilmente”.

Asimismo, según el ex sirviente real Charles Oliver, es también, al igual que su madre y su tía Margarita, una gran amante de los arenques ahumados. Tanto es así que los come más de una vez al día, casi siempre en el desayuno, acompañados por huevos.

Se cuenta también que, aparte de otros pescados ahumados como el salmón, la trucha o la caballa, a la princesa Ana le gustan muchos los pasteles de carne en lata, que suele servir a sus invitados, a quienes también les ofrece helado, del barato, y se lo suele poner para llevar para que no se alarguen las cenas.